SALUD Y TARAS

El labrador retriever es una de las
razas más saludables, atléticas y con buena salud; todas las enfermedades que a
continuación se relacionan se producen en muchas otras razas, pero el éxito en
la cría del labrador, por ser una de las razas más populares, hacen que tengamos
un mayor conocimiento de las enfermedades que pueden padecer, lo que no
significa que sean más frecuentes en esta raza, si no que somos muy conscientes
los criadores serios y realizamos los adecuados diagnósticos a tiempo, con el
fin de seleccionar lo adecuados reproductores que deben ser destinados a la
cría.
ABOUT THE BREED
Avoid Pet Shop Puppies
It is sensible to purchase Labradors from
reputable and experienced NZKC registered breeders who
make full use of the eye, hip and elbow testing schemes.
Buying Labradors from pet shops is not recommended due
to the lack of after sales support from such commercial
traders along with their tendency
to purchase puppies from
breeding stock that does not make the grade physically,
temperamentally or genetically. Most pet shops will
actually charge more for a pedigree puppy than a
reputable breeder will charge. It is alarming how many
supposedly purebred pups purchased from pet shops turn
out to be crossbreeds.
PUPPY
BUYING GUIDE
Hip and elbow dysplasia (arthritic disorders of those
joints) is not uncommon in many larger breeds of dog and
the Labrador is no exception. When purchasing any
Labrador puppy make sure you ask to see copies of hip,
elbow and eye certificates for the sire and dam of the
litter. If the breeder cannot produce them it implies
that they have either not been done or the results were
not satisfactory. Hips and elbows of a mature Labrador (over
12 months of age) are x-rayed and graded using a scoring
system. Each hip is scored with a score of 0
representing a perfect score and 53 being the worst
possible score. The scores of each hip are then combined
to give the official score. At present the average
worldwide score in the Labrador breed is a total of 16
therefore a total hip score of under 16 is better than
average. Breeders hope to achieve the lowest scores
possible. Hip dysplasia is a polygenic disorder which
means it is inherited through many different genes which
makes it difficult to eliminate. HD is also exacerbated
by poor rearing practices such as over feeding and over
exercising young pups. Elbows are scored slightly
differently with 0 being the best possible score and
three being the worst.
Scores possible are 0, 1a, 1b, 2 and 3 on each elbow.
Scores of 2 or 3 are regarded as highly undesirable and
represent significant arthritic changes in the elbow
joints.
Some
inherited eye conditions have also been noted in the
breed. Eyes are examined by veterinary specialist
opthalmologists and unlike hip and elbow testing (which
is done only once in a dog's lifetime) these eye
certificates need to be updated yearly for all breeding
Labradors. Eyes are tested for such inherited conditions
as PRA (night blindness), retinal dysplasia, corneal
dystrophy and cataracts. A DNA test is now available to
discover if a dog is affected by PRA, a carrier of PRA
or clear of PRA.

Displasia de Cadera
La
displasia de cadera es la enfermedad de carácter hereditario mas
conocida por propietarios, criadores, y veterinarios, afectando a
un gran numero de razas de tamaño medio y grande fundamentalmente.
Los animales afectados presentan un desarrollo anómalo de la
articulación coxofemoral, con una inadecuada coaptacion entre la
cabeza del fémur y el acetabulo, causando un desgaste prematuro de
los cartílagos articulares, este defecto en la conformación
desencadena unos cambios de tipo artrítico causantes del cuadro
sintomático de la enfermedad.
La etiología de la enfermedad es poligenica multifactorial, hay
varios genes que van a determinar la estructura de la cadera
(genotipo), pero estos genes se expresaran en mayor o menor medida
según sea la influencia del medio ambiente (alimentación, ejercicio,
hábitat, etc. ), de la interacción de estos dos factores (genotipo y
medio ambiente), obtendremos como resultado un tipo concreto de
cadera (fenotipo).
Las primeras dificultades estriban en saber que porcentaje de la
enfermedad se debe a causas genéticas ( para la mayoría de los
autores un 70 %) y que porcentaje a causas adquiridas. Para que un
animal se encuentre afectado es imprescindible que posea una
genética alterada en mayor o menor numero de genes, estos genes se
heredan por un complicado sistema de codominancia y penetrancia
incompleta, que impide crear un modelo teórico fiable de la
transmisión.
Al nacimiento todos los cachorros poseen caderas sanas, y es
durante la fase de crecimiento cuando el animal predispuesto a
padecer displasia, porque así esta escrito en su código genético,
desarrollara la enfermedad en un grado mayor o menor dependiendo de
las condiciones ambientales. La fase mas critica del crecimiento es
desde los 3 meses hasta los 8, aunque se ha comprobado que la
obesidad en cachorros de tan solo 2 meses puede ser casi
determinante para la aparición de la enfermedad. En este corto
periodo de tiempo deberemos cuidar al máximo los factores
ambientales, por ejemplo, la nutrición y el ejercicio.
La nutrición es el factor más importante. Deberán evitarse dietas
hipercaloricas que producirán perros con sobrepeso, este exceso de
peso acentúa las sobrecargas en la articulación causando mayor
desgaste de los cartílagos articulares y por tanto originando con
mayor rapidez cambios artrosicos. Asimismo, se deben evitar también
las dietas hiperproteicas, que van a producir unos altos índices de
crecimiento que darán lugar a descompensaciones entre la formación
de tejido óseo y el tejido muscular y de sostén, al no crecer a la
vez, el aumento de tejido óseo sin un soporte físico adecuado de
tejido muscular y de sostén hace que se pierda estabilidad y se
favorece el desgaste de los componentes cartilaginosos. Por supuesto
que las dietas deficientes o desequilibradas son aun más
perjudiciales, los Retriever son razas de crecimiento rápido,
alcanzan su talla adulta hacia el año, por tanto, los requerimientos
metabólicos durante la fase de crecimiento son muy altos, y
cualquier descompensación alimenticia, tanto en proteínas como en
energía y oligoelementos, puede ser crucial. Estos oligoelementos,
que se encuentran en pequeñas cantidades en los alimentos, son los
causantes de una adecuada osmolaridad del liquido sinovial, que
protege y lubrifica las articulaciones evitando su desgaste, de ahí
la importancia de un adecuado aporte de sodio, potasio, cloro,
fósforo, magnesio, etc.
La aportación de ciertos suplementos ha suscitado mucha
controversia. El primero en ser utilizado fue la vitamina C debido a
que interviene en la biosíntesis del colágeno que formara el tejido
conectivo de huesos y ligamentos, lo que favorece la formación de
los distintos componentes que estabilizan la articulación.. El
principal problema radica en establecer la dosis, ya que el perro es
capaz de sintetizar por si mismo la vitamina C sin aporte exógeno,
por lo que cualquier suplemento de esta se considera excesivo, y
además no se encontró una relación causal entre dosis de vitamina C
y menor índice de displasia de cadera. Sin embargo el uso de
vitamina C ( en forma de ascorbato cálcico) y vitamina E ( en forma
de tocoferol) como antioxidantes naturales si demuestra ser
efectivo, ya que estabilizan la membrana celular e inhiben la
sintesis de la prostaglandina PGE 2, que es la causante del dolor en
los procesos artrosicos. Otros suplementos utilizados con gran éxito
son el condroitin sulfato que es el principal precursor de los
glicosaminoglicanos que componen la matriz del cartílago articular,
agrupando moléculas de agua y permitiendo de esta forma la
recuperacion del cartílago cuando es sometido a presiones,tambien
actua sobre el oxido nitrico que se relaciona con procesos de
muerte celular o apoptosis del condorcito. La glucosalina es otro de
los componentes utilizado en los suplementos, es uno de los
monosacáridos que forman los dimeros que constituyen el acido
hialouronico, su función es aumentar la síntesis de
glicosaminoglicanos, sobre todo en animales geriatricos donde la
tasa de formación de estos se ve disminuida con la edad. Estos
compuestos se utilizan tanto en la prevención como en el tratamiento
de la displasia , lubrifican y nutren el cartílago y con ello evitan
su erosión, y mantienen un volumen adecuado de liquido sinovial. La
riqueza y concentración de estos compuestos, al igual que su
posible origen animal, a partir de extracto de traquea de bovidos, o
de la concha del mejillón verde ( Perna Canaliculum ), son factores
importantes que deben ser tenidos en cuenta a la hora de decantarse
por uno u otro de la gran variedad de compuestos comerciales. Las
ultimas tendencias consisten en la suplementacion de la dietas
comerciales de gama alta con estos condroitin sulfatos, de esta
forma se enriquece la alimentación y se actúa mediante la prevención
.
Respecto al ejercicio, hay una clara relación entre el desarrollo
de displasia y la cantidad de masa muscular, cuanto mayor sea la
musculatura del tercio posterior mas se estabiliza la articulación y
menor será el grado de subluxacion de las caderas. El ejercicio
adecuado será mas bien de tipo anaerobico, con ejercicios cortos y
explosivos, pero nunca forzando al perro. Los largos paseos quizá
sean el ejercicio menos recomendable, ya que se crea poca masa
muscular, y sin embargo supone un gran desgaste articular. La
natación es el método mas adecuado ya que evita una hipertrofia
muscular por el reposo y se ejercita sin forzar en absoluto la articulación, puesto que el perro
no ejerce cargas o presiones sobre las extremidades en ningún
momento, además debemos añadir que es el ejercicio físico que más
puede apasionar a un Retriever, lo realizara tantas veces como
queramos y de la forma más complaciente.
+Asimismo, cabe destacar otras pequeñas variables, entre otras el
tipo de hábitat del perro; por ello, suelos deslizantes favorecen la
laxitud articular al impedir que el perro se encuentre estable,
también en los perros criados en perreras con cierta altura, puesto
que se elevan sobre sus extremidades posteriores en su afán
investigador ante cualquier ruido, posición que sobrecarga las
articulaciones.
Control radiológico
La
suma de los factores ambientales y los genes de nuestro perro darán
lugar a un fenotipo, que será el que podrá ser evaluado por nosotros
para dictaminar si el perro esta afectado o no. Es importante
recalcar que en la displasia no existe una relación directa entre
lesiones y síntomas; así, animales afectados con luxaciones graves
pueden no manifestar ni cojeras ni dolor, aun presentando grandes
lesiones artrosicas, debido al alto umbral de excitación del dolor
que puede darse en ciertos individuos estos pueden llevar una vida
normal hasta que las lesiones sean extremadamente severas, es por
ello que siempre deben radiografiarse los ejemplares destinados a la
reproducción, el hecho de que el perro salte, corra, juegue o sea el
cobrador mas efectivo del coto no son razones suficientemente
fiables como para afirmar que están libres de displasia; siempre
deben exigirse las radiografías de los progenitores de los
cachorros, es imprescindible radiografiar los animales para poder
emitir un diagnostico y valorar si es un ejemplar idóneo para la
reproducción o no.
Se establece como edad adecuada para radiografiar los Retriever a
los doce meses, ya que la conformación definitiva de la cadera se
produce hacia el año y es entonces cuando se realiza él diagnostico
definitivo. En la radiografía se evalúan los distintos componentes
de la articulación:
Angulo de Norberg: Trata de medir la
profundidad del acetabulo y el grado de introducción de la
Las cabezas femorales. Es el ángulo formado por la línea que une
las cabezas femorales pasando por su centro, y la que une en
cada articulación el centro de la cabeza femoral y el borde
cráneo-lateral del acetabulo. Este ángulo debe ser de 105 º en
las caderas correctas y va disminuyendo.
Subluxacion: Grado de laxitud existente
entre la cabeza del fémur y acetabulo.
Borde craneal acetabular: Margen superior
del acetabulo que debe ser congruente con la cabeza del fémur a
ese nivel.
Borde dorsal acetabular: Margen interno del
acetabulo que nos da idea de su profundidad, debe verse como una
línea que atraviesa las cabezas del fémur en sentido
longitudinal por detrás de estas, cuanto más profundo sea este
borde dorsal, mas soporte superior se dará a la cabeza del fémur
y mayor estabilidad tendrá la articulación.
Reborde acetabular craneal: Zona de contacto
entre el borde dorsal y el craneal del acetabulo, en los casos
de displasia es una de las zonas donde se produce una mayor
remodelacion y creación de picos artrosicos.
Fosa acetabular: Punto de inserción del
ligamento redondo que une la cabeza del fémur al acetabulo, en
los casos de displasia esta pequeña fovea deja de verse y
aparece hueso de nueva formación en su interior.
Borde caudal acetabular: Margen inferior del
acetabulo.
Cabeza femoral y exostosis del cuello: En
los casos de displasia se produce la aparición de hueso de nueva
formación llegando a unir el trocánter y la cabeza del fémur,
desapareciendo la forma de concavidad que presenta el cuello
femoral en condiciones normales.
Remodelacion de la cabeza femoral: En los
casos de displasia, debido a la laxitud de la articulación, se
produce la deformación de la cabeza que pasara de tener una
forma redondeada y limpia en una cadera sana, a una forma
achatada y de hongo con líneas de hueso de nueva formación en
las caderas afectadas.
La
calificación de la radiografía será distinta según el organismo
encargado de valorarla, así la British Veterinary Association(BVA)
establece un protocolo en el que se asignan distintos valores
numéricos a los componentes de la articulación citados
anteriormente, las caderas serán más sanas cuanto más se acerquen al
valor cero y más alteradas cuanto más próximas estén al 106 que es
el máximo de puntuación que se otorga, además se evalúan las caderas
de forma independiente la derecha de la izquierda, pudiendo
interpretarse mejor ciertos valores que se corresponden con
displasias unilaterales. Para cada raza se establece un Breed Mean
Score (BMS), que es el valor por debajo del cual se recomienda
utilizar a los animales para la reproducción (pero no se establece
ninguna prohibición, dejando la opción de criar con los ejemplares a
sus propietarios según su plan de cría y destino de los ejemplares).
El BMS es el valor de la media obtenida al calificar todas las
radiografías de una determinada raza, este valor fluctúa según los
ejemplares evaluados y para el caso del Labrador esta establecido en
16, y 18 para el caso del Golden.
Si la radiografía se valora en Estados Unidos el organismo
encargado será la Ortopedic Foundation for Animal (OFA), que otorgan
cinco calificaciones distintas, las tres primeras son las englobadas
dentro de los casos de libre de displasia. Cuando un perro es
evaluado por la OFA esta otorga un numero al ejemplar y su
radiografía que quedara registrado de esta forma.
En España el organismo encargado es AVEPA (asociación de
Veterinarios Especialistas en Pequeños Animales), que otorga cinco
calificaciones distintas: A (libre de displasia, perfecta
conformación articular), B (libre de displasia), C (forma de
transición o displasia ligera), D (displasia moderada), y E
(displasia grave).
Otro sistema de evaluar las caderas es el utilizado por la
universidad de Pennsylvania: el método Pennhip; este se lleva a cabo
a partir de los cuatro meses de edad y en el se realizan distintas
radiografías en estrés de la articulación, tanto en compresión como
en distracción, ya que en este caso el dato más importante para
valorar será la cadera será el grado de laxitud o luxación de la
articulación cuando se somete a distintas fuerzas. Este método es el
único predictivo, ya que enjuicia la cadera antes de que termine su
desarrollo, de ahí la controversia de su utilidad.
Sea cual sea el organismo que valore la radiografía, lo más
importante es utilizar ejemplares sanos radiograficamente, ya que el
sano radiografico y el sano genotipico no siempre coinciden (de ahí
la importancia del medio ambiente), por eso es casi imposible
garantizar al 100% animales libres de displasia aun criando con
padres no afectados, si bien es verdad que con estos métodos de
selección en función del resultado radiografico se van consiguiendo
notables éxitos en la erradicación de esta enfermedad. Si esto
ocurre con animales sanos, no debería hacer falta mencionar que
ocurre si criamos con animales afectados, ya que introduciremos
dicha tara en su reserva genética y aparecerá antes o después entre
los cachorros de nuestro criadero.
Lo
ideal seria poder establecer un diagnostico genético de la
enfermedad, pero esta posibilidad aun no esta a nuestro alcance, por
lo que debemos aunar él diagnostico radiologico junto con otros
datos importantes, por ejemplo, los datos de la progenie; Así por el
resultado radiografico obtenido de las caderas de varios hijos
podremos aproximarnos un poco mas al valor real de las caderas del
padre, el problema de la evaluación de la progenie es que solo se
suelen tramitar las radiografías que se considera que van a ser
aptas, pero no las que en una primera interpretación se consideran
que serán positivas al diagnostico de displasia, por lo que siempre
la descendencia presentara un valor sesgado mejor de lo que en
realidad debería ser. Solo el método Pennhip descrito anteriormente
evalúa e introduce en su base de datos todas las caderas de los
ejemplares radiografiados, sean buenas o no, de modo que una
condición indispensable para que el perro sea radiografiado es la
autorización del propietario para que los datos obtenidos sean
utilizados y publicados donde proceda, de esta forma los valores de
la progenie de un determinado ejemplar son mucho más fidedignos y
será más fácil identificar un animal de fenotipo sano pero de
genotipo displasico.
Los síntomas de la enfermedad son muy variables, van desde
ligeras cojeras hasta imposibilidad para caminar, ciertos ejemplares
afectados presentan un tipo de movimiento característico con pasos
cortos que abarcan poco movimiento, ya que las extremidades
posteriores solo se desplazan 45 º en vez de los 110 º que recorre
el fémur respecto la cadera en un animal normal, además se produce
una descomposición de la espalda, perdiendo la línea dorsal que se
curva en un intento de estirar el tronco para avanzar mas sin
utilizar las extremidades posteriores, también puede producirse una
hipertrofia de la musculatura del pecho que se vera sobrecargado al
desplazar el perro su centro de gravedad hacia delante. Otro tipo de
movimiento característico son los saltos de conejo, el animal se
desplaza empujando con ambas extremidades posteriores a la vez
evitando realizar los impulsos necesarios para desplazarse en las
extremidades de forma independiente.
El tratamiento de la displasia de cadera es muy variable, pueden
utilizarse multitud de fármacos antiinflamatorios efectivos, dietas,
terapéuticas alternativas como acupuntura y quiropractica, incluso
cirugías con magníficos resultados. Quizá el procedimiento
quirúrgico más efectivo sea la osteotomia triple de cadera, esta
cirugía debe realizarse en animales jóvenes, en torno a los ocho o
diez meses de edad, y que aun no presenten degeneraciones
artrosicas en la articulación, siendo esto ultimo condición
indispensable para obtener buenos resultados. En esta cirugía se
realizan tres cortes en ilion, isquión y pubis para girar 30 o 40 º
la región ósea que engloba al acetabulo y de esta forma abrazar en
mayor medida la cabeza del fémur y estabilizar la articulación. Otra
cirugía que esta levantando buenas expectativas es la sinfisioclisis,
como en el caso anterior él diagnostico precoz es muy importante ya
que se realiza en animales muy jóvenes, presenta como ventaja que no
se utiliza material de osteosintesis o implantes, solamente se quema
el núcleo de crecimiento del pubis, provocando un desajuste de
crecimiento del pubis respecto de ilion e isquión que seguirán
creciendo de forma normal dando mayor cobertura al acetábulo.

OFA |
FCI (European) |
BVA (UK/Australia) |
SV (Germany) |
Excellent |
A-1 |
0-4 (no > 3/hip) |
Normal |
Good |
A-2 |
5-10 (no > 6/hip) |
Normal |
Fair |
B-1 |
11-18 |
Normal |
Borderline |
B-2 |
19-25 |
Fast Normal |
Mild |
C |
26-35 |
Noch Zugelassen |
Moderate |
D |
36-50 |
Mittlere |
Severe |
E |
51-106 |
Schwere |
|
Displasia de Codos
Al igual que en
el caso de la cadera, se trata de una enfermedad con base genética en la cual
se producen anomalías durante el desarrollo del cachorro que afectan a la
articulación del codo, si bien con esta denominación se engloban dos entidades
patológicas distintas:
- No unión del proceso anconeo
- Fragmentación de la apofisis coronoides.
Ambas patologías son lesiones primarias que se estabilizan hacia el año de
edad, dando lugar de forma secundaria a la aparición de procesos osteoartrosicos
en la articulación del codo.
La causa genética y los factores ambientales son los mismos que para la
displasia de cadera; en consecuencia los métodos para la erradicación y control
de la enfermedad también serán los mismos, es por ello la necesidad del examen
radiográfico de los ejemplares destinados a la reproducción. En el caso del
codo, él numero de ejemplares que padecen la enfermedad y pueden ser
asintomaticos es incluso mayor que para la cadera, de ahí la necesidad de los
exámenes complementarios.
La BVA
recomienda la realización de tres radiografías: una lateral del codo en
extensión, otra lateral del codo en flexión, y la tercera craneo-caudal del codo
en extensión. Las radiografías se evalúan de forma independiente a la búsqueda
de lesiones primarias (osteocondritis) o secundarias (osteoartrosis). Cada codo
se interpreta de forma independiente, siendo la calificación de 0
correspondiente a la normalidad absoluta, el valor 1 se adjudica cuando hay
ligeros cambios en la articulación pero no suficientemente notorios como para
eliminar el sujeto de los programas de cría, los valores 2 y 3 corresponden a
displasia de codo moderada y severa respectivamente.
La no unión
del proceso anconeo se suele presentar de forma bilateral en ambos extremos
proximales del cubito, se manifiesta entre los 5 y 7 meses de edad, causa dolor
a la flexión y la extensión, atrofia muscular y cojera, además se nota una
crepitación de la articulación debida a la inestabilidad.
El proceso
coronoides fragmentado es más difícil de diagnosticar radiograficamente, ya que
suele coexistir con una osteocondritis del epicondilo humeral. Además de la
cojera, que se inicia de forma paulatina, aparecen dolor a la flexión y la
extensión, crepitación articular y desviación de la extremidad hacia fuera al
caminar.
El tratamiento dependerá de la severidad de las lesiones y su naturaleza. El
tratamiento medico incluye la restricción del ejercicio, control del peso y
terapia con antiinflamatorios, con buenos resultados. El tratamiento quirúrgico
consiste en la extracción de los fragmentos de cartílago o hueso desprendidos y
estabilización de la articulación para evitar el dolor.
La
osteocondritis disecante de la articulación escapulohumeral también podría
estar englobada aquí, aunque la causa genética de esta no esta aclarada. En este
caso se forma un colgajo de cartílago como consecuencia del desarrollo anormal
del hueso subcondral. Este colgajo cartilaginoso no puede nutrirse ni cicatrizar
al estar desprendido y cae dentro de la articulación, creando la consiguiente
cojera debida al proceso álgido.
Otras osteocondritis pueden producirse en la articulación de la rodilla,
afectando el condilo femoral, e incluso en la articulación del tarso creando los
respectivos casos de artrosis.
 |
Introducción
La articulación húmero-radio-cubital constituye una de las más complejas del
organismo debido a que está formada por superficies articulares irregulares de
tres huesos diferentes. El desarrollo anormal de la epífisis distal del húmero y
de las correspondientes proximales del radio y del cúbito, durante el
crecimiento, conducen a la presentación de una variedad de cambios articulares
que comprometen seriamente la congruencia entre los componentes de la
articulación (Grupo Internacional de Trabajo sobre el Codo, IWEG).
Las patologías que afectan a la articulación húmero-radio-cubital de los caninos
revisten tal importancia -debido a su incidencia y a la invalidez que causan-
que han merecido amplia investigación y seguimiento, especialmente por el IWEG,
el cual desde 1989 se ha dedicado a esclarecer todos los aspectos de estas
enfermedades y a monitorear reproductores de distintas razas por medio de la
formulación de criterios de evaluación y control, hoy aceptados
internacionalmente por profesionales e instituciones tales como la Federación
Cinológica Internacional y la World Small Animal Veterinary Association (WSAVA).
Estas alteraciones afectan en todos los casos los codos de caninos en
crecimiento, principalmente como consecuencia de disturbios localizados en los
centros de osificación, anormalidades en el desarrollo de uno o más de los
huesos que conforman la articulación, o a una combinación de ambos, resultando
una incongruencia articular.
El conjunto de signos clínicos comunes a todas las patologías que así se
originan ha recibido el nombre de Displasia del Codo (DC). Este término fue
acuñado por el IWEG (IWEG 1996) y adoptado por otros autores (Bedford,P.G.C.
1994; Padgett,G.A. et al . 1995). Las siguientes condiciones son identificadas
como causantes de Displasia del Codo (IWEG 1996; Bedford, P.G.C. 1994; Padgett,
G.A. et al. 1995; Sjöström, L. et al 1995):
• Osteocondrosis dissecans (OCD)
• Proceso Ancóneo No Unido (PAN)
• Proceso Coronoide Fragmentado (PCF)
• Incongruencia Articular (IA)
Se propuso que, desde el punto de vista práctico, el término displasia es
apropiado, aunque sería más correcto denominarla “artrosis de codo” (Carpenter,
L.G. et al 1993). A su vez, osteocondrosis se refiere a la alteración del
proceso de osificación endocondral que termina en la separación de una porción
de cartílago articular, antes denominado osteocondritis disecante.
Las razas caninas grandes son las afectadas con mayor frecuencia, entre ellas:
Bernese, Rottweiler, Labrador y Golden Retrievers, Pastor Alemán, Bullmastiff,
Collie, San Bernardo, Chow-Chow, Keeshandler, Mastín de los Pirineos, Viejo
Pastor Inglés, Aierdale Terrier y Newfoundland (Padgett, G.A. et al 1995). En
las dos primeras la incidencia de la displasia de codo es tan grande que
preocupa a los criadores más que la displasia de la cadera. El importante
crecimiento en la cantidad de ejemplares de las razas Rottweiler y Labrador que
en los últimos años se ha producido en nuestro país, hace que el veterinario
deba asumir con la misma preocupación la responsabilidad de ampliar y ahondar
los conocimientos en todo lo referente a esta enfermedad. Ésta ha sido dea
también en algunos Terriers y en la raza Pomerania (Lewis, D.D. et al 1989).
Estudios realizados en Pastores Alemanes (Corley, E.A. 1966), Rottweilers y
Berneses (Swenson, L et al 1997) han demostrado que, al igual que otras
displasias, la del codo canino es una afección hereditaria de carácter
poligénico.
La patología puede presentarse inicialmente como una osteocondrosis que causa el
engrosamiento del cartílago en un área de la superficie articular, dando lugar a
la aparición de Osteocondritis Disecante (OCD), mientras que cuando la
alteración se produce en los núcleos de osificación da origen al Proceso
Coronoide Fragmentado (PCF), Proceso Ancóneo no unido (PAN) e Incongruencia
Articular (IA) (IEWG 1996). El Proceso Coronoide Fragmentado (PCF) fue deo por
primera vez en 1974 por Olsson y Tirgari (Tobias, T.A.et al 1994). En una serie
de 90 perros se reportó la siguiente distribución por razas: Labrador,
Rottweiler, Pastor Alemán, Bernese, Bullmastiff, Chow-Chow y algunos mestizos (Bouck,
G.R. et al 1995). Otras razas informadas son Beagle, Shetland y Pomerania
(Lewis, D.D. et al 1989). Los machos son más afectados que las hembras. Esta
condición, que en un principio puede no ser detectada radiológicamente en las
posiciones comunes, complica significativamente la evolución del proceso
osteoartrítico postoperatorio de aquellos animales tratados quirúrgicamente por
PAN cuando éste cursa simultáneamente con PCF (Roy, R.G. et al. 1994). A menudo
el diagnóstico radiológico de PCF se basa en la detección de alteraciones
articulares secundarias características (Miyabayashi, T. et
al 1995; Henry JR, 1984).
La artrotomía del codo seguida de la extirpación del proceso coronoide (con o
sin curetaje) constituye el tratamiento más adecuado (Huibregtse, B A. et al
1994; Suess Jr, et al 1994).El término Proceso Ancóneo No unido (PAN) fue
aplicado por primera vez a esta condición en 1959 cuando Cawley y Archibald
documentaron la aparición de once casos en Ovejeros Alemanes (Cross et al 1997)
El Proceso Ancóneo No unido (PAN) es primariamente un problema del desarrollo,
que afecta al núcleo de osificación propio de esta apófisis y que se observa en
las razas no condrodistróficas de crecimiento rápido, con el Pastor Alemán
sufriendo la mayor incidencia (Roy, R.G. et al 1994). También ha sido dea en San
Bernardo, Gran Danés, Labrador, Irish Wolfhound, Pointer, Bloodhound, Gigante de
los Pirineos, Weinmaraner, Basset Hound, Bulldog francés y Dachshund (Sjöström,
L. et al 1995). Se presenta a menudo simultáneamente con otras patologías
articulares, por lo que los pacientes con diagnóstico de PAN deben ser
escrutiñados meticulosamente para posibilitar su detección (Roy, R.G. et al
1994). El tratamiento de elección consiste en la fijación temprana del proceso
ancóneo o en su defecto su extirpación, con el objeto de minimizar la progresión
de la enfermedad articular degenerativa (Sjöström, L. et al 1995).
La Osteocondrosis del Codo (OCD) ha sido definida por Guthrie y Pidduck, 1990,
como una enfermedad multifactorial de alta heredabilidad (Bedford, P.G.C. 1994).
Labradores, Bouviers, Rottweilers y Pastores Alemanes se ubican bien alto en la
lista de incidencias (IEWG 1996), aunque puede ser observada ocasionalmente en
cualquier raza pesada y aún en mestizos. Afecta primordialmente al cóndilo
medial del húmero. Esta afección puede ser tratada en forma médica o quirúrgica,
sin que existan marcadas diferencias en cuanto a los resultados y posterior
evolución de la enfermedad articular cuando se aplica una u otra modalidad (Bouck,
G.R. et al 1995; Bennett et al 1981).
En síntesis, a pesar de que las 3 alteraciones ocasionan signos clínicos
comunes, cada una presenta particularidades individuales y distintivas para su
identificación. La instauración del tratamiento de elección en forma temprana
ayudará a contener el proceso de evolución de la enfermedad articular
degenerativa.
La Incongruencia Articular (IA), puede ser el resultado de lesiones de origen
hereditario, como patella cubiti, o traumático como los cierres prematuros de
los cartílagos de crecimiento del radio o del cúbito (Autefage, A. et al 1993).
Diferentes tratamientos quirúrgicos estarán indicados en cada caso.
Etiología
En los animales jóvenes las artropatías que no están relacionadas con trauma
primario o infección se deben a disturbios del crecimiento de las superficies
articulares (Dammrich, 1979; Walde, I.; Tellhelm, B. 1991) Se considera que la
DC se genera en una alteración de la osificación endocondral, aunque la
etiopatogenia no está completamente entendida y puede ser causada por traumas,
como así también por factores metabólicos y genéticos (Bouck, G.R. et al 1995).
La articulación del codo está integrada por los cóndilos del húmero, los cuales
se desarrollan por dos núcleos de osificación diferentes que se fusionan
posteriormente a la diáfisis. Por otra parte, el radio que colabora con su
epífisis proximal y núcleo correspondiente presenta otro centro en distal y
entre ambos determinan el desarrollo axial del hueso. Por último, el cúbito
crece longitudinalmente a partir de la epífisis distal y adquiere su
conformación articular por acción del cartílago de conjunción proximal,
completando de esta manera la estructura ósea del codo.
Cualquier alteración en el ritmo de crecimiento de dichos centros, ya sea
individual o en conjunto, conducirá a la aparición de una incongruencia a nivel
de las superficies articulares del codo (Slatter, D 1993). Esta condición se
manifiesta en 4 formas distintas de patología articular denominadas:
Osteocondrosis Disecante (OCD) generalmente del cóndilo humeral medial; Proceso
Coronoide Fragmentado (PCF); Proceso Ancóneo No unido (PAN) e Incongruencia
Articular (IA) (Langley-Hobbs, S.J. y Carmichael, S. 1996). Todas ellas están
agrupadas, por el denominador común de su signología clínica, bajo el término
´´Displasia de Codo´´ (DC) (IEWG 1996). No se puede afirmar aún que las cuatro
entidades compartan la misma etiología o hasta qué grado existe superposición de
factores causales. El componente genético de todas estas patologías (IEWG 1996)
ha sido confirmado, aunque la incidencia sobre cada una de las razas sugiere que
la heredabilidad podría ser específica para cada entidad clínica.
La sobrealimentación con dietas de alto contenido en Ca y episodios traumáticos
son factores que juegan un rol preponderante en la osificación endocondral y por
tal motivo fueron incriminados en la producción de DC. El tamaño y radio
inadecuados de la escotadura cubital, que no permite alojar adecuadamente a la
tróclea del húmero, fue propuesto como etiología común que induce PCF, OCD y PAN
(Sjöström, L. et al 1995).
Los machos son afectados en un 75% más que las hembras (Lewis, D. D. et al
1989).
Proceso Coronoide Fragmentado
El PCF es una enfermedad común del codo de los perros de razas grandes. La OCD y
PCF deben ser considerados juntos ya que es sumamente difícil diferenciarlos
clínicamente y a menudo ocurren en forma simultánea (Walde, I. y Tellhelm, B.
1991). Aunque incompletamente establecida, la etiología propuesta incluye a la
osteocondrosis, la sobrecarga local o a un debilitamiento generalizado del
cartílago y hueso en combinación con sobrecarga mecánica (Macpherson, G.C. et al
1992). Esta resulta en retención de cartílago debido a una alteración del
proceso normal de osificación endocondral. El proceso coronoide medial es
susceptible de fragmentarse debido a que se halla formado enteramente por
cartílago, el cual completa su osificación en forma tardía en relación a las
demás superficies articulares del codo.
Los condrocitos situados en las capas más profundas no sobreviven como
consecuencia de la falta de difusión de nutrientes esenciales para mantener la
vitalidad celular, ya que estas sustancias son incapaces de atravesar el
cartílago engrosado. Ello se traduce en fisuras y resquebrajamientos del
cartílago hialino que involucran al hueso subcondral.
Esta afección es la causa más frecuente de artrosis del codo de los Rottweilers
(74.9%) (Weinstein, M.J. et al 1995).
El PCF también ocurre en asociación con el cierre prematuro de la fisis distal
del radio (Lewis, D.D. et al 1989). Wind y Packard sugirieron que el crecimiento
asincrónico del radio y el cúbito causan incongruencia del codo con subluxación
húmero radial que a su vez agrega un estrés anormal sobre el proceso coronoide
en desarrollo, provocando seguidamente su fragmentación.
El proceso coronoide que forma la extremidad distal de la escotadura semilunar
del cúbito presenta una porción lateral y una medial. Esta última, más
voluminosa y prominente, articula principalmente con el radio mientras que la
porción lateral lo hace con el húmero. La articulación de la apófisis coronoide
medial con el húmero asume gran importancia en la absorción de estrés en el codo
cuando el espacio articular húmero radial está incrementado, ej.: por
acortamiento del radio en el cierre epifisiario prematuro distal. Esta situación
coloca a dichas superficies articulares en un contacto muy estrecho con el
consiguiente aumento en la carga, transmitida por la tróclea del húmero al
proceso coronoide medial, y la posibilidad de producir fisuras o fracturas del
cartílago y/o hueso subcondral.
La mayor frecuencia de lesión asienta sobre la porción medial debido a que ésta
es más grande. También deben considerarse las fuerzas adicionales que actúan
sobre el proceso coronoide medial por acción del ligamento anular (Macpherson,
G.C. et al 1992). La baja prevalencia de artrosis del codo en hembras
Rottweilers, en comparación con los machos, está de acuerdo con estudios
anteriores (Swenson, L. et al 1997). Lo opuesto ocurre en el Bernese. La
diferencia de prevalencia relacionada con el sexo puede ser explicada por el
efecto directo de los genes sobre los cromosomas sexuales o sobre las
características sexuales secundarias (velocidad de crecimiento, hormonas
sexuales, patrones de comportamiento).
En Rottweilers se produciría una penetrancia incompleta de genes en las hembras;
esto significa que hembras que son fenotípicamente normales tienen una mayor
ocurrencia de esos genes que la que presentan los machos fenotípicamente
normales. Esta contribución genética escondida que realizan las hembras a su
descendencia resulta en una incidencia hereditaria mayor a través de las madres
que de los padres (Swenson, L.et al 1997).
Osteocondrosis Disecante
El proceso de osteocondrosis comienza con una alteración del desarrollo del
cartílago articular (zona de hipertrofia) que conduce a un incremento
longitudinal de la placa de crecimiento y del espesor del cartílago mismo. Este
se torna así más susceptible a la fricción, originándose -luego de un tiempo- un
área de tamaño variable donde se desprende o diseca del hueso subcondral,
formando un ´´flap´´ que permanece parcialmente unido o completamente separado
de la superficie, flotando libremente en el espacio articular.
Proceso Ancóneo No unido
La patogénesis genera controversias, habiéndose incriminado entre otros a los
siguientes factores: anomalías hereditarias del desarrollo, alteraciones
metabólicas, nutricionales y de la hormona del crecimiento. Los traumatismos son
considerados causales. Sin embargo, tradicionalmente se ha deo al PAN como una
falla del 4to centro de osificación del cúbito para unirse con la metáfisis (Ljunggren,
G. et al 1966; Van Sickle, D.C. 1966).
Se ha propuesto también como etiología al crecimiento incongruente del radio y
cúbito. Si el radio crece longitudinalmente más que el cúbito, su cabeza ejerce
presión hacia proximal sobre la tróclea del húmero y al transmitirse esta fuerza
al proceso ancóneo, impide su fusión. Los resultados de este estudio fueron
confirmados en 15 de 18 articulaciones (Sjöström, L. et al 1995).
Incongruencia articular
La articulación húmero-radio-cubital pierde su armonía anatómica como resultado
de diversas alteraciones en el crecimiento de los huesos que la componen, ej.:
defectos de acortamiento del radio, del cúbito o ambos; falta de correspondencia
en el contorno de la escotadura semilunar respecto de la tróclea humeral, además
del cierre prematuro de las líneas de crecimiento como resultado de traumatismos
directos (deformidades angulares) (Foto NºI). Consecuentemente se producen
cargas anormales sobre distintas áreas de las superficies articulares, con
fricción indebida de los cartílagos que conlleva al desarrollo de la enfermedad
articular degenerativa. La incongruencia de la articulación del codo
contribuiría a la patogénesis del PAN y PCF.

Foto Nro I: Severa incongruencia articular
Signos clínicos
La signología clínica más significativa se superpone en las cuatro entidades
deas, motivo por el cual puede ser analizada en conjunto.
El cuadro clínico aparece tempranamente, entre los 4 y 7 meses de edad,
haciéndose manifiesto por una claudicación en principio intermitente y moderada,
luego persistente y severa, inflamación, efusión, disminución del rango de
movimientos, a nivel de la articulación húmero-radio-cubital y afectando en
forma bilateral al 50% de los pacientes (IEWG 1996; Sjöström, L. et al 1995;
Bedford, P.G. C. 1994; Carpenter, L.G. et al 1993). Cuando ambos miembros están
comprometidos la claudicación puede ser errática. Inicialmente imperceptible o
solamente evidente después del ejercicio. Algunos propietarios describen rigidez
en la marcha, especialmente por la mañana, luego de realizar actividad física
intensa (Walde, I. y Tellhelm, B. 1991). En contraste, hay perros que muestran
signos más severos luego de períodos de inactividad (Sjöström, L. et al 1995).
Durante la marcha se observa rotación interna del codo y supinación del carpo al
tiempo de la extensión o fase de avance (Walde, I. y Tellhelm, B. 1991). El
examen clínico revela dolor en la flexión y extensión extremas, a veces
crepitación, efusión articular evidente entre el epicóndilo lateral y el proceso
ancóneo. En casos de larga evolución la inspección revela una moderada atrofia
de los músculos del brazo.
Consideraciones diagnósticas
El diagnóstico de DC ofrece en algunos casos dificultades importantes debido,
entre otras, a las siguientes causas:
- presencia de signos clínicos y radiológicos compartidos.
-superposición de estructuras óseas en las proyecciones radiográficas comunes
del codo.
- la radiolucidez del cartílago hialino no permite la observación precoz de la
osteocondrosis.
- simultaneidad de 2 o más patologías en la misma articulación.
Todos los animales de las razas susceptibles que padecen de claudicación
insidiosa de los miembros anteriores, conjuntamente con algunos de los signos ya
mencionados y evidenciados durante el examen físico, deben ser sometidos a un
detallado examen radiológico. Los cambios tempranos incluyen efusión articular;
ruptura, erosión o pérdida del cartílago en la escotadura semilunar;
remodelación de la apófisis ancónea; engrosamiento capsular y producción de
osteofitos periarticulares (Fox, S.M. et al 1996). El diagnóstico radiológico de
PCF se complica debido a la dificultad de visualizar el proceso coronoide en las
tomas radiográficas convencionales (Huibregtse, B.A. 1994).
La falta, en muchas oportunidades, de una observación radiológica franca de la
lesión le confiere desde el punto de vista diagnóstico un valor superlativo a
las imágenes producidas por los cambios osteoarticulares secundarios asociados a
la patología coronoide. La presencia de osteofitos en el borde proximal del
proceso ancóneo, deformación de la silueta circular de la tróclea humeral,
escalonamiento entre la apófisis coronoide lateral y la superficie articular de
la cabeza del radio, y los cambios degenerativos propios de osteoartritis
constituyen el principal basamento para el diagnóstico presuntivo (Weinstein,
M.J. et al 1995; Carpenter, L.G. et al 1993; Boccia, F.O., Ortega, C.F. 1991).
En algunos casos la naturaleza exacta y la extensión de la lesión sólo puede ser
establecida por medio de una artrotomía (Swenson, L. et al 1997). La artrotomía
exploratoria del codo ha sido indicada en animales jóvenes con claudicación
persistente del miembro anterior, evidencia radiográfica de osteoartritis y
efusión articular, en un esfuerzo por establecer lo más tempranamente posible el
tratamiento del problema (Huibregtse, B.A. et al 1994).
De este modo se intenta evitar el desarrollo de cambios articulares severos. La
posibilidad de acceder al estudio por medio de la tomografía axial computarizada
permite aumentar la precisión y precocidad en el diagnóstico de la enfermedad.
Similar dificultad ofrece el diagnóstico de OCD, en cuyo caso, el signo
radiológico por excelencia es la aparición de un área de osteólisis subcondral a
nivel del cóndilo medial del húmero (Boccia, F.O., Ortega, C.F. 1991). En
ocasiones se visualizará el desprendimiento y los cambios osteoartrósicos propio
de los estados crónicos.
En cuanto al PAN, es el que conlleva menos complicaciones para su
reconocimiento, pudiendo ser rápidamente diagnosticado por medio de una placa
radiográfica en incidencia medio lateral del codo en flexión (Swenson, L et al
1997) (Foto Nº II).

Foto Nro II: Cambios articulares degenerativos como resultado de la no unión del
proceso ancóneo.
Tratamiento
El tratamiento de la DC dependerá de la o las patologías presentes en cada caso.
Reviste fundamental importancia que el mismo se inicie en cuanto se evidencien
signos clínicos y sea confirmado el diagnóstico definitivo. De esta forma, se
previenen o minimizan los cambios osteoartríticos que tendrán influencia directa
en el grado de recuperación de la función articular.
El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico. El primero está indicado
solamente en aquellos casos que presentan ciertas características (Slatter, D.
1993): Animales muy jóvenes (menores de 4 a 5 meses) en los que la fusión del
proceso ancóneo todavía no se ha concretado, pero donde éste se observa bien
alineado y estabilizado por tejido fibroso; Animales mayores de 5 meses, con
claudicación muy ligera y con un cuadro radiológico de cambios osteoartríticos
incipientes, sin evidencia de fragmentación coronoide, OCD, ni PAN; Animales en
los que, incidentalmente, se diagnostica PAN o PCF asintomáticos. A estos
pacientes se les inmoviliza el miembro, preferentemente con un yeso acrílico,
para lograr una estabilización efectiva de la articulación del codo por medio de
una estructura liviana y fuerte. Es mandatorio restringir el ejercicio
totalmente. Al mismo tiempo debe iniciarse un programa de reducción del peso
corporal para aquellos animales excedidos en kilaje.
Ocasionalmente, es necesario controlar el dolor, pudiéndose utilizar en estos
casos aspirina (15 mg/kg), piroxican (0,3 mg/kg), meloxican (0,2 mg/kg).
La utilización de sustancias denominadas condroprotectoras, entre las cuales se
encuentran principalmente los glucosaminoglicanos, tienen como objetivo
terapéutico a la enfermedad articular, no teniendo acción específica sobre las
patologías de base que nos ocupa. Se ha indicado la administración de Pentosan
polisulfato en dosis de 3 mg/kg, una vez por semana durante 4 semanas (Bouck,
G.R. et al 1995).
La natación constituye un excelente método para devolver gradualmente al animal
a la actividad física, combinándola con paseos ¨a la correa¨.
Los pacientes que no se ajusten a los criterios expuestos, deberán ser sometidos
a tratamiento quirúrgico, quedando reservada la elección de las diferentes
técnicas a cada caso en particular.
El PAN ha sido tratado por medio de la fijación, extirpación u osteotomía
cubital proximal (Fox, S.M. et al 1996; Sjöström, L. et al 1995; Weinstein, M.
J.et al. 1995; Autefage, A. et al 1993). La fijación del proceso ancóneo se
realiza con un tornillo colocado con un efecto ¨lag¨ (compresión
interfragmentaria) entre el cúbito proximal y el proceso ancóneo, fijándolo de
esta manera en posición anatómica. Esta técnica devuelve la estabilidad lateral
a la articulación previniendo o, por lo menos, minimizando futuros cambios
articulares degenerativos. La fusión ocurre entre las 6 y 10 semanas (Slatter,
D. 1993).
La remoción quirúrgica del proceso ancóneo desunido constituye el tratamiento
tradicionalmente empleado pero, a diferencia del anterior, condena a la
articulación a la inestabilidad permanente que conduce finalmente a la
enfermedad articular degenerativa crónica (Roy, R.G. et al 1994). Es un
procedimiento quirúrgico más simple que el anterior ya que solamente implica el
abordaje lateral de la articulación y la extracción del proceso ancóneo, previa
sección de sus casi siempre presentes inserciones fibrosas.
La osteotomía cubital proximal es la técnica más sencilla y a la vez menos
experimentada hasta el momento. Se basa en el principio de que el desplazamiento
proximal de la extremidad superior del cúbito por acción del músculo tríceps
-después de practicada la osteotomía- permite la neutralización de la fuerza que
tiende a mantener al proceso ancóneo separado del hueso principal, favoreciendo
así su fusión al mismo (Weinstein, M.J. et al 1995).
El tratamiento de elección para pacientes con PCF consiste en su extirpación,
abordando al mismo, ya sea, a través de una osteotomía del epicóndilo medial;
por miotomía longitudinal del músculo flexor carpo radial; por separación de los
músculos teres y flexor carpo radial con incisión del ligamento colateral
medial; o más recientemente por medio de cirugía artroscópica (IEWG 1996; Bardet,
J.F. 1997).
En cuanto a la OCD de la articulación húmero radio cubital, al igual que sucede
con esta entidad en otras articulaciones, se corrige con la extracción
quirúrgica del ¨flap¨ cartilaginoso y ¨foragin¨ (perforaciones) del cráter de la
lesión (IEWG 1996). El tratamiento de la incongruencia articular (IA) depende de
la patología subyacente que le da origen. Cuando ocurre malformación de la
escotadura semilunar no existe más que el tratamiento sintomático de la misma,
al que se suma aquel correspondiente al PCF y o PAN que pueden aparecer como
resultado de aquella. Las IA debidas al asincronismo del crecimiento radio
cubital son tratadas con los procedimientos de osteotomía/ ostectomía cubital,
transversa u oblicua por abordaje caudal. Un clavo de Steinmann insertado desde
el olécranon cruza el sitio de la osteotomía y es anclado en la porción distal
del cúbito, asegurándose así la correcta alineación del eje axial del hueso (Wind
A.P. 1986).
En situaciones extremas la degeneración articular progresa a tal punto que
solamente un procedimiento de salvataje posibilita la restauración de la función
del miembro afectado. En la actualidad el único procedimiento accesible de este
tipo para la articulación del codo es la artrodesis.
Pronóstico
El pronóstico de una función articular normal en animales con DC debe ser
reservado ya que se pueden esperar cambios osteoartríticos progresivos después
de cualquier forma de tratamiento (IEWG 1996).
El PCF y OCD ofrecen un pronóstico reservado ya que la claudicación persiste
frecuentemente y en la mayoría de los casos progresa la enfermedad degenerativa.
El tratamiento quirúrgico de PCF instituido tempranamente en la vida del
paciente no mejora el pronóstico, si se lo relaciona con la cirugía hecha en
fase avanzada de la enfermedad articular (Tobias, T.A. et al 1994).
Contrariamente se ha sugerido que el tiempo en el que se realiza el tratamiento
quirúrgico del PAN afectaría significativamente el resultado a largo plazo. En
dos series de animales operados antes del año de edad, la mayoría recuperó la
función articular sin signos de dolor (Alexander, J.W. 1983). No obstante se ha
afirmado que ninguna forma de tratamiento asegura la recuperación completa de la
función articular, aunque parecería que la intervención temprana proporciona el
mejor pronóstico en relación a la disminución de la velocidad de desarrollo de
la osteoartritis (Cross, A.R. y Chambers, J.N. 1997).
El pronóstico de IA estará también relacionado con la severidad de los cambios
de las superficies articulares de los huesos que conforman la articulación, la
posibilidad de corregirlos quirúrgicamente y el momento en que se realice el
tratamiento. En cualquier caso el pronóstico oscila entre reservado y
desfavorable (IEWG 1996).
Discusión
Las enfermedades deas como IA, PCF, PAN y OCD constituyen las causas más
frecuentes de artritis tempranas de la articulación húmero radio cubital de los
caninos (Read, R.A. et al 1996).
Read R.A. et al,1996, han reportado que de una serie de 55 cachorros Rottweiler
el 36% mostraron signos clínicos de displasia de codo durante los primeros 12
meses de vida, con una incidencia de 7% a los 3 meses, 16% a los 6 meses,
permaneciendo estable en 15% al año de edad. En cachorros de hasta 6 meses los
signos clínicos prevalentes fueron claudicación con dolor articular en extensión
y flexión. En los animales de un año se agregaron engrosamiento articular y
reducción del rango de movimientos de la articulación. Estos signos fueron
bilaterales en el 36% de los animales estudiados.
Hernry W.B. 1984, en su serie de 21 perros observó engrosamiento articular
debido a factores tales como osteofitosis, fibrosis periarticular y efusión
sinovial moderada; crepitación; atrofia de los músculos supraespinoso e
infraespinoso y dolor variable a la palpación de la articulación sin constituir
un signo clínico prominente (Henry Jr, W.B. 1984).
Cross A.R. 1997, establece que el signo clínico primario del PAN es una
claudicación de apoyo, gradual y progresiva, a la cual se agrega secundariamente
aquellos comunes a la DC. El IEWG recomienda un sistema de clasificaciónde la DC
basada en el grado de osteofitosis presente en la articulación.
Grado 0 = sin evidencia de osteofitos
Grado 1= osteofitos < de 2 mm
Grado 2= osteofitos de 2 a 5 mm
Grado 3= osteofitos > de 5 mm
Este método de evaluación de la DC permite correlacionar satisfactoriamente el
cuadro radiológico con los signos clínicos de la enfermedad, estableciendo en el
mismo estudio que la presencia de grados 2 y 3 en cachorros de 1 año de edad son
indicativos de DC (Read, R.A. et al 1996).
La fragmentación del proceso coronoide medial como causa de claudicación de los
miembros anteriores es la que ofrece más dificultades diagnósticas. Inicialmente
se observan en las tomas radiográficas simples solo cambios sutiles, por lo que
aquellos del proceso coronoide afectado pueden no ser visualizados.
Consecuentemente, el diagnóstico definitivo puede llegar a demorarse hasta que
los cambios osteoartríticos sean más significativos (Huibregtse, B.A. et al
1994). Los escasos cambios radiológicos iniciales, junto con la inespecificidad
de los signos clínicos, determinan que en ocasiones sea necesaria la artrotomía
exploratoria para posibilitar el diagnóstico definitivo.
Las posiciones recomendadas para obtener una buena imagen radiológica, que
permita un diagnóstico precoz del proceso coronoide, son las caudomedial y
craneolateral con una oblicuidad de 15º. La superposición moderada de la
epífisis proximal del radio y la del cúbito, aseguran una proyección aceptable
del proceso coronoide medial en la placa radiográfica. Cuando no se observa este
efecto la radiografía debe ser repetida (Miyabayashi, T. et al 1995).
A medida que progresa la degeneración articular la imagen radiológica muestra
osteofitos en la superficie craneal de la epífisis del radio, en el proceso
coronoide medial y en los epicóndilos del húmero. Es importante puntualizar que
estas alteraciones no son patognomónicas de PCF.
El diagnóstico radiológico de OCD ofrece similares dificultades cuando la lesión
cartilaginosa no está bien delineada. Por esta razón y porque a menudo PCF y OCD
cursan simultáneamente, se ha sugerido que sean consideradas en conjunto (Macpherson,
G.C. et al 1992).
Nap 1995 opina que algunas de las lesiones observadas radiológicamente como
semejantes a las de OCD del cóndilo humeral medial son en realidad erosiones
causadas por el contacto repetido con el proceso coronoide fragmentado del mismo
lado (IEWG 1996).
En contrapartida, PAN no presenta dificultades para su diagnóstico radiológico
ya que éste se basa en la presencia de una línea radiolúcida que separa el
proceso ancóneo de la epífisis cubital proximal. Aunque usualmente esta
patología es lo suficientemente obvia como para no ofrecer complicaciones desde
el punto de vista de su identificación, en ocasiones la línea de separación
puede aparecer marcadamente atenuada, sin que esto signifique una fusión en
progreso, sino por la presencia de fuertes bandas de tejido conectivo que
mantienen al proceso ancóneo en posición. Esta enfermedad se debe diagnosticar
solamente a partir del quinto mes de vida, momento en el que se produce la
sinostosis entre ambas estructuras (Slatter, D. 1993).
La evidencia radiológica se obtiene por medio de una toma medio lateral con el
codo en flexión, para lograr separar la imagen del proceso ancóneo de aquella
del epicóndilo del húmero, de otro modo superpuestas (Slatter, D. 1993).
Los codos con PAN deben ser cuidadosamente evaluados para reconocer patologías
concurrentes que puedan afectar la recuperación. Se ha postulado que el
diagnóstico de IA se basa en la demostración de una o más de las siguientes
alteraciones radiológicas:
- Forma anormal de la escotadura semilunar.
- Espacios articulares incrementados, irregulares o asimétricos.
- Disrrupción de la armonía de la superficie articular de la escotadura y
aquella correspondiente del radio (escalón radio-cubital).
- Osteofitosis de la superficie dorsal del proceso ancóneo.
- Contorno irregular del proceso coronoide.
La diferenciación preoperatoria entre OCD y PCF no es esencial ya que el
abordaje medial de la articulación requerido para corregir ambas patologías es
el mismo (Carpenter, L.G. et al 1993). En aquellos pacientes en los que la
patología coronoide no es detectada y que padecen simultáneamente de PAN, la
degeneración articular progresiva causada por el primero enmascarará el
resultado del tratamiento quirúrgico del segundo.
Debido al bajo porcentaje de casos en los que las radiografías permiten la
identificación de la patología, el tratamiento quirúrgico se inicia bajo la
forma de una artrotomía exploratoria (Lewis, D.D. et al 1989). Hasta que puedan
ser cotejados adecuadamente, los tratamientos médico y quirúrgico pueden ser
ofrecidos con igual grado de efectividad para perros que presenten renguera
atribuida a PCF (Huibregtse, B.A. et al 1994).
Un punto fundamental al evaluar la conveniencia de indicar un tratamiento
quirúrgico intrarticular es considerar si, tanto la diéresis necesaria para el
abordaje como el procedimiento operatorio en sí, garantizan o aseguran una
estabilidad articular posoperatoria adecuada. La falta de observancia de esta
condición puede hacer malograr los resultados del tratamiento quirúrgico, por lo
que al tiempo de decidir la terapéutica del caso se debe tener muy presente este
hecho.
Tobias et al 1994, comparó las ventajas y desventajas de los 2 abordajes más
comúnmente utilizados: la incisión del ligamento colateral medial y la
osteotomía del epicóndilo humeral medial. La primera es relativamente fácil de
realizar, mientras que la segunda requiere incisiones precisas y la colocación
de implantes metálicos, aunque - por otra parte - ofrece mayor exposición de la
articulación medial y mejora la estabilidad postoperatoria (Tobias, T.A. et al
1994; Suess Jr, R.P. et al 1994). No obstante, los autores prefieren el abordaje
vía ligamento colateral medial y cápsula articular ya que ofrece una menor
incidencia de complicaciones que necesiten ser corregidas por reoperación.
Henry 1984, argumentó que el abordaje por desmotomía tiene peor recuperación
postoperatoria en aquellos pacientes en los que al no ser inmovilizado el codo
por un período de tiempo adecuado, se produce la dehiscencia del ligamento. Este
hecho es debido principalmente al tiempo prolongado que requieren para su
cicatrización y en la dificultad de obtener estabilidad articular -por medio de
suturas- en estructuras que, como éstas, están formadas por bandas de colágeno
orientadas longitudinalmente. En contraste, el abordaje por osteotomía ofrece
una excelente estabilidad, sin necesidad de inmovilización prolongada, ya que es
reparada internamente por medio de fijación compresiva (Henry, W. et al 1979;
Suess Jr, R.P. et al 1994).
El número absoluto de complicaciones intra o postoperatorias no difiere
significativamente entre ambos abordajes, pero sí la naturaleza de las mismas.
Aproximadamente el 70% de las ocurridas en los osteotomizados estuvieron
relacionadas con el reemplazo o la recolocación de los implantes, mientras que
ninguno de los pacientes con desmotomía colateral medial necesitaron de cirugía
adicional (desmotomía n=0; osteotomía= n=5 p 0,05). En aquellos casos en los que
se requiere una exploración completa de la articulación se puede realizar el
abordaje de la articulación por osteotomía del olécranon y elevación del grupo
muscular tríceps, utilizando para su osteosíntesis, doble clavija y figura de
ocho con alambre (banda de tensión).
Olsson realizó la osteotomía cubital proximal para el tratamiento de PAN en
razas de perros no condrodistróficos, reportando la fusión exitosa del proceso
ancóneo. Los resultados tempranos son alentadores, pero son necesarios
seguimientos a largo plazo y determinar los factores para la selección de casos
antes que este método de terapia pueda ser recomendado universalmente.
La excisión del proceso ancóneo elimina el dolor pero no impide la progresión de
la osteoartrosis. La edad al tiempo de la cirugía puede afectar
significativamente la recuperación clínica postquirúrgica de los perros a los
que se les practica la excisión de la apófisis ancónea. Todos los perros de este
estudio se operaron antes del año de edad; 5 de 7 no mostraron claudicación en
la evaluación posterior. Resultados similares obtuvo Parrisius en 10 de 16 codos
operados. Los registros de controles clínicos referidos a los resultados de
cirugías en perros intervenidos quirúrgicamente después del año de edad muestran
una pobre recuperación. La osteoartrosis progresó en todos los casos después de
la excisión de la apófisis ancónea. Resultados similares registró en 7 de 7
perros examinados por Guthrie, 30 de 35 codos por Parrisius y 14 de 23 codos por
Grondalen.
La osteotomía cubital proximal aparece como un tratamiento promisorio en algunos
perros, pero el registro de la casuística es escaso, el seguimiento limitado y
los resultados inconsistentes. La osteotomía extrarticular no causa daño alguno
a las estructuras de la articulación, lo que reduce los cambios degenerativos
secundarios a los procedimientos intrarticulares (Sjöström, L. et al 1995). La
extirpación del proceso ancóneo es el método más común de tratamiento y da
buenos resultados cuando se practica tempranamente. Sin embargo esto causa
inestabilidad de la articulación del codo que conduce a una progresiva
osteoartritis (Roy, R.G. et al 1994).
La fijación con un tornillo de efecto ´´lag´´, colocado desde la apófisis
ancónea es técnicamente difícil, puesto que taladrar un orificio puede ser
extremadamente difícil en una apófisis pequeña que además tiene un gran
componente cartilaginoso. Cuando la apófisis es de mayor tamaño, la técnica de
fijación con tornillo colocado desde el olécranon hacia la apófisis ancónea, dea
por Fox, se realiza fácilmente y no requiere equipo sofisticado. El autor
prefiere un tornillo de hueso esponjoso de 4 mm en lugar de uno de cortical de
3,5 mm. Esta preferencia se basa en dos motivos. Primero el tornillo de
esponjosa tiene un diámetro externo mayor con una rosca más profunda y un ángulo
de ataque que aparentemente permite un mejor anclaje en el proceso ancóneo.
Segundo, cuando se taladra el agujero en el olécranon se corre el riesgo
potencial de que la rosca del tornillo cortical se trabe o ajuste en las paredes
y no se consiga la compresión del fragmento distal (Fox, S.M. et al 1996).
El grado de osteoartritis observado radiológicamente fue valorado por Grondalen,
en forma previa y posterior a los tratamientos, de acuerdo a la siguiente
escala:
1= Osteofitos escasamente observados a lo largo de la superficie proximal del
proceso ancóneo.
2= Osteofitos visibles en diferentes localizaciones.
3= Osteoartrosis severa con grandes osteofitos.
Según los resultados de este estudio, en todos los casos hubo progresión de los
cambios osteoartríticos (Huibregtse, B.A. et al 1994.). Bouck et al 1995,
realizaron un estudio de la eficacia de un tratamiento médico comparado con el
quirúrgico tradicional. Los perros asignados al tratamiento médico recibieron
Pentosan polisulfato 3 mg/kg una vez por semana durante 4 semanas. El ejercicio
fue restringido a caminatas con correa y/o natación por seis semanas al tiempo
de aparición de claudicación aguda (Bouck, G.R. et al 1995). El grupo restante
fue tratado por medio de una artrotomía medial (capsulotomía) y desmotomía
colateral parcial, con vendaje liviano de soporte por 5-7 semanas y ejercicio
restringido por 3 semanas. Excepto por la formación de un seroma moderado no se
vieron complicaciones en ninguno de los otros perros sometidos a cirugía.
Tampoco fueron vistas reacciones adversas a las drogas utilizadas en el
tratamiento médico.
La conclusión de este estudio es que finalmente la renguera mejoró en 7 de 10
perros tratados quirúrgicamente y en 5 de 9 tratados médicamente. El grado de
dolor articular disminuyó al final del estudio en 10 de 15 articulaciones
tratadas quirúrgicamente y en igual número de las tratadas médicamente. El
resultado de este estudio sugiere que el tratamiento médico con Pentosan
polisulfato es una alternativa válida a la cirugía en el manejo de la enfermedad
degenerativa del codo por PCF u OCD (Bouck, G.R. et al 1995).
La evaluación a largo plazo del manejo quirúrgico de la fragmentación del
proceso coronoide señala que los mejores resultados se obtienen con la
extirpación temprana (Tobias, T.A. et al 1994). De 19 codos monitoreados por un
período promedio de 19,5 meses luego de la excisión quirúrgica, 15 tuvieron
resultados considerados como excelentes o buenos, demorando aproximadamente 3 a
5 semanas para recuperar el apoyo completo del miembro. Así mismo se obtuvo un
58% de flexión normal y un 84% de extensión normal (Sinibaldi, K.R.; Arnoczky,
S.P. 1975).
El rango de motilidad disminuida, mayor osteoartrosis y osteofitosis
periarticular se observó en otra serie, en la que el 70% mejoró clínicamente
pero solo el 50% dejó de claudicar (Guthrie, S. 1989).
En resumen, la DC afecta numerosas razas caninas provocando enfermedad articular
degenerativa progresiva. Las entidades patológicas que la componen se tratan
específicamente, con resultados variables a largo plazo en relación a la
recuperación del miembro afectado. Existen dudas sobre las ventajas del
tratamiento quirúrgico respecto del médico.
Conclusión
La displasia de codo (DC) afecta a numerosas razas caninas provocando enfermedad
articular degenerativa. Aunque aún permanecen en discusión aspectos de la
etiología, tales como los genéticos, metabólicos y traumáticos, ha sido
fehacientemente establecido que la enfermedad se origina a partir de una
anomalía del proceso de osificación endocondral, en uno o más de los huesos que
componen la articulación, siendo su carácter hereditario y poligénico.
Clínicamente la DC se manifiesta, en forma temprana, con la aparición de una
claudicación de tipo insidiosa, efusión articular, dolor a la ejecución de
movimientos pasivos forzados y, posteriormente, atrofia muscular. A menudo, los
signos clínicos son imperceptibles, manifestándose luego del ejercicio intenso o
después de períodos de descanso. Debido a la alta incidencia, observada en
determinadas razas, la DC debe ser considerada prioritariamente durante el
diagnóstico diferencial de cualquier claudicación que tenga origen en la
articulación húmero radio cubital.
El diagnóstico definitivo se ve dificultado, con frecuencia, como consecuencia
de la ausencia de imágenes radiológicas inequívocas o de características
específicas para cada una de las patologías que originan DC, razón por la cual
la tomografía y la artroscopía han cobrado en este aspecto un rol significativo.
La imposibilidad de acceder rutinariamente a dichos estudios convierte a la
artrotomía exploratoria en el procedimiento indicado para confirmar el
diagnóstico.
Se han intentado tratamientos médicos y quirúrgicos para cada una de las
afecciones que componen la DC, siendo los resultados inconsistentes para
determinar su eficacia en forma contundente. Los tratamientos quirúrgicos,
específicos para cada patología, deberán practicarse antes que sean evidentes
las imágenes radiológicas de enfermedad articular degenerativa. En los casos de
PCF la extracción quirúrgica temprana constituye el método de elección. En PAN
la fijación de la apófisis ancónea, utilizando un tornillo con efecto “lag”,
devuelve la estabilidad articular, aunque se ha visto que esto no es suficiente
para detener el proceso de degeneración articular a largo plazo. La osteotomía
cubital proximal puede ofrecer los mejores resultados cuando se aplica en casos
especialmente indicados. El tratamiento para la OCD no difiere de aquel
recomendado cuando la afección involucra otras articulaciones, consistiendo
básicamente, en la extracción del “flap” cartilaginoso. La IA presenta numerosas
dificultades al tiempo de determinar su posible corrección, dada la complejidad
de cambios que asientan en las superficies articulares comprometidas.
El pronóstico de DC depende en principio de la severidad de los cambios
presentes al momento de efectuar el tratamiento, variando de reservado a malo en
referencia a la duración y recuperación del funcionamiento normal del miembro
afectado.
FUENTE: Analecta Veterinaria 1998; 18,1/2: 59-70.
Atrofia progresiva de la retina
y Displasia de retina
TARAS OCULARES
Escribir sobre las enfermedades oculares más frecuentes de estas
razas no significa que los Retriever tengan mas posibilidades que otras
razas de quedar ciegos en un futuro próximo, solo queremos intentar
explicar algunas alteraciones oculares más frecuentes en esta raza y que
deben ser observadas por criadores, veterinarios y propietarios a la
mayor brevedad posible con el fin de separar estos animales de cualquier
programa de reproducción y evitar de esta forma la diseminación de estas
patologías. Quizás las enfermedades oculares sean mas conocidas en los
Retriever dado el gran auge en cuanto al numero de ejemplares que existe
en Inglaterra y Estados Unidos, países ambos en los que se realizan
pruebas exhaustivas a los ejemplares dedicados a la reproducción. La
importancia del diagnostico temprano de algunas de estas enfermedades
radica en su base genética y carácter hereditario, que será lo primero
que intentaremos explicar.
Base genética:
El ejemplo mas claro es la atrofia progresiva de retina, enfermedad
que se transmite de forma recesiva simple: el genotipo RR será el de un
animal sano, y el genotipo rr será el de un animal afectado; dominando
el gen R sobre el r. El caso de los animales Rr es el de los denominados
portadores; animales sanos que son potencialmente transmisores de la
enfermedad y que solo producirán hijos afectados si son apareados con
genotipos rr y Rr, de tal forma que solo pueden ser identificados por
pruebas de progenie, al examinar los hijos podremos saber que los padres
están afectados por una anomalía en este gen y son transmisores de la
enfermedad. Por el contrario si apareamos un portador Rr con un animal
sano RR no obtendremos nunca animales afectados, pero ayudaremos a
camuflar la enfermedad y perpetuarla durante generaciones, extendiéndola
mas todavía y haciendo más difícil su erradicación.
Los ensayos reproductivos son la forma más eficiente de detectar
portadores, pero se necesita un gran conocimiento de los pedigríes y
hasta siete generaciones para poder dictaminar si un animal es portador
o sano, es muy difícil realizar estos ensayos dados los altos costos
económicos y su larga duración en cuanto al tiempo.
Otra forma de herencia es la transmisión múltiple o poligenica, los
casos mas conocidos son el entropion y la displasia de retina. En este
modo de herencia participan varios genes y también las condiciones
externas, de modo que el patrón de herencia se hace totalmente
irreconocible.
|
Subject:
Información PRA
La atrofia
progresiva de retina (PRA) es una enfermedad heredativa que se
da en muchas razas de perros y también en diferentes
presentaciones. La forma progresiva de degeneración de los
bastones y conos (prcd-PRA) es una degeneración de los
fotoreceptores que varía en la edad de su comienzo. Esta
alteración genética causa la degeneración de las células de la
retina en el ojo: primero se ven afectados los bastones, y por
ello comienza una ceguera nocturna progresiva. Y posteriormente
se produce una degeneración de los conos, dando lugar a una
ceguera total del perro, incluso en situaciones de total
iluminación durante el día.
La edad de la aparición de los síntomas está en la adolescencia
y en la época temprana del adulto. Sin embargo, el inicio de la
enfermedad puede variar mucho entre las diferentes razas de
perros.
Teniendo en cuenta que es difícil llegar a un diagnóstico de las
enfermedades de la retina en los perros, el test genético para
prcd-PRA ayuda al diagnóstico de esta enfermedad específica, y
también es una herramienta muy útil para criadores en la
eliminación del gen mutado en la población canina.
La mutación en el gen PRCD parece ser la causante de la
enfermedad prcd-PRA, y que puede encontrarse en diversas razas
de perros (ver más adelante).
Prcd-PRA es heredado como un carácter autosomial recesivo. De
modo que un perro puede encontrarse bajo tres condiciones: puede
estar libre (genotipo N/N o homocigoto normal) significando que
no es portador de la mutación y que no desarrollará la forma
prcd de PRA. Teniendo en cuenta que no puede transmitir la
mutación a su descendencia, este animal puede ser cruzado con
otro animal.
Un perro que tenga una copia del gen PRCD con la mutación y una
copia sin la mutación es llamado portador o heterozigoto
(genotipo N/PRA); mientras que no va a estar afectado por la
enfermedad prcd-PRA, sí que va a transmitir la mutación a su
descendencia, y es por ello que este animal debe ser cruzado
sólo con otro testado libre de la enfermedad (N/N).
Los perros que desarrollan esta forma de la enfermedad PRA
tienen dos copias del gen PRCD con la mutación (genotipo PRA/PRA
o afectados homocigotos); ellos siempre pasarán el gen mutado a
la descendencia, y es por ello que este animal debe ser cruzado
sólo con otro testado libre de la enfermedad (N/N).
El test de ADN no va a proporcionar información acerca del
establecimiento de los síntomas de la enfermedad y la gravedad
de éstos.
La mutación prcd-PRA ha sido encontrada en las siguientes razas
de perros:
Australian Cattle, Cocker Spaniel Americano, Eskimo Americano,
Chesapeake Bay Retriever, Chino Crestado, Cocker Spaniel Inglés,
Entlebuch Mountain, Kuvasz, Lapponian Herder, Labrador Retriever,
Golden Retriever, Poodle Miniatura, Nova Scotia Duck tolling
Retriever, perro de aguas Aguas Portugués, Sueco Lapp, Finlandés
Lapp, Silky Terrier, Australian Stumpy Tail Cattle Dog y Toy
Poodle.
La Atrofia Progresiva de Retina está tomando gran difusión en la
raza, y depende de criadores responsables el impedir que avance.
CD LRCA |
Narcolepsia
El carácter genético de la narcolepsia ya se
intuyó desde la primera observación de Westphal en 1877, pues la madre
de su paciente padecía los mismos problemas que el hijo. Gelineau, tres
años después, consideró a la asociación de accesos de sueño irresistible
y caídas (síntoma de su paciente que Gelineau denominó astasias) como
una enfermedad específica. Desde entonces se han publicado numerosas
series que atestiguan la tendencia a la agrupación familiar de esta
enfermedad. Es a partir de 1975, tras el descubrimiento de un modelo de
narcolepsia en los perros, cuando comienza la verdadera etapa de
investigaciones sobre los aspectos genéticos de la enfermedad, tanto en
su vertiente genética pura como en el análisis de árboles familiares.
Los estudios genéticos en el
modelo canino de narcolepsia se llevaron a cabo mediante el
cruzamiento de diferentes razas, siendo los labrador y los
doberman los únicos cuyos cachorros desarrollan la enfermedad,
según un modelo autosómico recesivo. La narcolepsia canina se
caracteriza por ataques de cataplejia y, en menor grado, por
somnolencia excesiva. Los cachorros padecen cataplejia antes de
los 4 meses de vida. Sin embargo, la narcolepsia canina no
parece asociarse al sistema homólogo DLA (Dog Leukocyte
Antigen), sino a un gen autosómico recesivo con penetrancia
completa denominado más tarde canarc-1, de gran homología
con el gen humano de la cadena m de las inmunoglobulinas.En
1975, tras las primeras descripciones de narcolepsia en perros y
gatos, se estableció en la Universidad de Stanford una colonia
de perros labrador y doberman narcolépticos. Se disponía ya de
un excelente modelo animal de narcolepsia y comenzaron las
investigaciones sobre la fisiopatología y genética de la
narcolepsia, llegándose 10 años después al descubrimiento de su
relación con el haplotipo HLA DR2,DQ1 y su base genética que
analizan en otros los Laboratorios Optigen, para la mejora de la
crianza, www.optigen.com
Este artículo es una adaptación y
actualización de la referencia "D.
Ezpeleta, R. Peraita-Adrados. Aspectos genéticos del
síndrome narcolepsia-cataplejia. Vigilia-Sueño 1998; 10
(Suppl.): S21-S28", que
también está disponible a texto completo
en la página de la
Revista Vigilia-Sueño
Los perros afectados presentan
episodios recurrentes de varios minutos de duración, durante los
cuales se caen y permanecen inmóviles, con ausencia de movimientos
voluntarios e
involuntarios, excepto los movimientos respiratorios y los oculares.
Entre episodios no se
registran anomalías clínicas.
La manipulación o
excitación producida cuando comen puede precipitar un ataque.
No existe tratamiento
para esta rara patología, aunque el animal se recupera ante un golpe
seco de mediana intensidad, no responde a estímulos de ningún otro
tipo.
Hipertemia Maligna
DESCRIPCIÓN
La
hipertermia maligna fue identificada como tal en 1960 por Denborough y
Lovell en un paciente que falleció después de una anestesia general,
sujeto con antecedentes familiares para esta predisposición. Hasta la
introducción del dantroleno en 1980, la hipertermia maligna ocasionaba
una mortalidad del 70-80%. Se trata de una enfermedad farmacogenética
desencadenada por la administración de anestésicos generales volátiles (enflurano,
isoflurano, halotano, etc) o fármacos despolarizantes tipo suxametonio.
Cuando acontece, tiene lugar un hipermetabolismo desencadenado por la
alteración aguda del equilibrio del calcio en el retículo sarcoplásmico
de la célula muscular.
La
hipertermia maligna es una enfermedad heterogenética. Muchas familias
con predisposición a la hipertermia maligna muestran una mutación en el
cromosoma 19 donde se localizada el gen que codifica el receptor para
rianodina (La rianodina es un alcaloide con propiedades insecticidas que
permitió caracterizar unos canales intracelulares para el calcio
situados en el retículo sarcoplásmico, que llevan el nombre de
receptores para rianodina). Sin embargo, otras familias con
predisposición a la hipertermia maligna no muestran ningún defecto de
dicho receptor. Se conocen otros genes que están implicados en la
hipertermia maligna. La hipertermia maligna debida a mutaciones en el
receptor de rianodina se denomina Hipertermia Maligna 1 (MHS1). Otras
variantes de la hipertermia son:
-
MHS2 con mutaciones en el cromosoma 17q,
-
MHS3 con mutaciones en el cromosoma 7q
-
MHS4 con mutaciones en el cromosoma 3q
-
MHS6 con mutaciones en el cromosoma 5p
-
MHS5 es producida por mutaciones en el gen CACNA1S situado en 1q32
La
incidencia de hipertermia maligna oscila entre 1:10.000 y 1:50.000 actos
anestésicos. La incidencia media en niños es algo más alta (1:15.000).
La mayor incidencia de casos es observada en jóvenes varones. Se ha
encontrado también que la frecuencia más alta tiene lugar durante la
cirugía de malformaciones músculoesqueléticas como el estrabismo, la
hernia, la escoliosis, cirugía plástica, criptorquídia y cirugía dental.
Las formas más graves se han descrito en casos de cirugía traumatológica
de urgencia
|

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ETIOPATOLOGIA
El calcio
juega un importante papel en la contracción muscular. Cuando se estimula
neuronalmente la fibra muscular, el calcio se libera del retículo
sarcoplásmico. Este retículo es un sistema de túbulos situados a lo
largo de las fibras musculares esqueléticas que inician y controlan el
proceso de la contracción. Cuando el potencial de acción atraviesa las
membranas de las fibras musculares, el retículo sarcoplásmico transmite
el potencial de acción al interior de la fibra muscular (*)
La fibra muscular se compone de miofibrillas que a su vez poseen
filamentos gruesos (miosina) y filamentos delgados (actina). Además dos
moléculas de proteínas (troponina y tropomiosina) se disponen a lo largo
de la banda de actina. La troponina a su vez se compone de tres
subunidades: TnT,TnI, y TnC. La TnT se une fuertemente a la tropomiosina
que cubre los lugares en que la actina se une a la miosina. La subunidad
TnI se une a la actina y la TnC se une al calcio. El complejo troponina-tropomiosina
reprime la interacción de la miosina con la actina y por ello mantiene
el músculo en estado de reposo.
Al
liberarse los iones de calcio del retículo sarcoplásmico al citoplasma
circundante, estos iones difunden hacia las fibras musculares, uniéndose
a un filamento. En las paredes del retículo sarcoplásmico se localiza
una bomba de calcio continuamente activa. Bajo dicha bomba existe un
canal de liberación del calcio que se conoce como receptor de rianodina.
La bomba extrae el calcio del sarcoplasma de vuelta a las cavidades del
retículo sarcoplásmico. La relajación muscular normal ocurre cuando los
iones de calcio son removidos desde el sarcoplasma hacia el
retículo. Una mutación en el receptor de rianodina puede, por tanto,
alterar su funcionalidad, con lo que la relajación muscular no tiene
lugar. Las concentraciones elevadas de calcio producen una estimulación
de todos los procesos calcio-dependientes del músculo esquelético,
ocasionando la acidosis metabólica. El hipermetabolismo produce, además,
varios signos clínicos como hipertonía, arritmias, taquicardia e
hipertermia. Los signos de laboratorio son hiperkaliemia, elevación de
la creatina kinasa y mioglobinuria debidos todos ellos a lesiones de las
membranas plasmáticas de las células musculares.
Los
anestésicos volátiles y los fármacos despolarizantes como el suxametonio
ocasionan un aumento de la concentración de calcio mioplasmático. Este
aumento de calcio induce la activación de los filamentos de actina y de
miosina y explica la rigidez muscular en el espasmo del masetero que es
uno de los primeros signos de la hiperpirexia maligna.
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SINTOMAS CLÍNICOS
La
primera manifestación de una hipertermia maligna suele ser el espasmo
maseterino. Seguidamente aparecen una acidosis metabólica, aumento de la
creatina kinasa, hipercapnia, arritmias y taquicardia. En este estadio,
el diagnóstico diferencial incluyen la tirotoxicosis, el feocromocitoma,
la porfiria, la hipovolemia y la hipoxia. Finalmente aparecen arritmias
complejas, hipertermia y cianosis.
Uno de
los síntoma típicos de la hipertermia maligna es la rigidez muscular,
que aparece en el 75% de los casos, y es consecuencia de la
contracción muscular mantenida, a pesar del uso de relajantes musculares
no despolarizantes. El inicio de la hipertermia es variable, siendo a
veces tardío. Se pueden alcanzar temperaturas de hasta 40-43º. Como
signos de esta hiperpirexia aparece la sudoración para iniciar la
pérdida de calor, así como un exantema a nivel de cráneo, cuello y tórax
superior. Ocasionalmente puede desarrollarse una insuficiencia renal que
cuando aparece se debe fundamentalmente a la hipoperfusión renal y a la
lesión tubular que produce la hipermioglobinuria.
DIAGÓSTICO
El
diagnóstico se ha de hacer no sólo sobre el paciente susceptible, sino
también sobre los familiares. Aunque se han propuesto varias pruebas, la
más fiable es el test de contracción con halotano/cafeína que se lleva a
cabo con una pequeña porción de músculo estriado. Para llevar a cabo
esta prueba, se toman 2 g de tejido muscular, usualmente mediante una
incisión del muslo después de la administración de un anestésico local o
epidural que no induzca la hipertermia maligna. Después, se registran
electrónicamente la velocidad y la fuerza con la que contraen las fibras
musculares en presencia de cafeína sola o con halotano. Los músculos de
los sujetos con predisposición a la hipertermia maligna son más
sensibles y se contraen con más fuerza que los músculos normales. Como
alternativa se ha propuesto el test de la contracción muscular inducida
por rianodina, pero la prueba también requiere una biopsia y es tan
laboriosa y costosa como el de la contracción por halotano/cafeína
La
determinación de la creatina-kinasa plasmática es útil para el cribado
de familias con predisposición a la hipertermia maligna pero no es
aplicable a la población en general.
TRATAMIENTO
El
tratamiento de una crisis de hipertermia maligna consiste en una serie
de medidas encaminadas a discontinuar el proceder anestésico, combatir
la hipoxemia y la acidosis, controlar la temperatura corporal y
contrarrestar las posibles complicaciones. Por lo tanto, si se sospecha
una hipertermia maligna es necesario:
-
Interrumpir inmediatamente la anestesia manteniendo la profundidad
de la misma si fuera necesaria con opioides, benzodiazepinas,
barbitúricos o propofol
-
Hiperventilar al paciente con O2 al 100 %.
-
Monitorizar inmediatamente y a los 30 min, 4h, 12h, 24h los gases
hemáticos, electrolitos, creatina-kinasa, mioglobina y lactato
(sangre arterial)
-
Administrar dantroleno
en
dosis de 1 a 2,5 mg/kg intravenosas (IV), dosis que deberá repetirse
cada 5 ó 10 min hasta una dosis total de 10 mg/kg, aunque puede
administrarse más si persisten los síntomas.
-
Administrar bicarbonato sódico intravenoso, de 2 a 4 mEq/kg, o en
dosis mayores si así lo sugiere el pH arterial y la Pa CO2.
-
Controlar la temperatura corporal mediante varias formas de
enfriamiento activo.
-
Mantener la diuresis con manitol 25 g, i.v., furosemida 20 mg, i.v.
y un aporte de líquidos intravenosos abundante.
-
Mantener una cuidadoso monitorización del paciente y continuar el
tratamiento hasta
que él esté estable y posteriormente hasta que desaparezca el riesgo
de nuevos
episodios.
El dantroleno es un relajante muscular de acción rápida que impide la
liberación de iones de Ca desde el retículo sarcoplásmico, de esta
manera disminuye la espasticidad, normaliza la función
muscular y, finalmente, revierten los cambios metabólicos. Anteriormente
la mortalidad por hipertermia maligna era casi del 80 %, pero con más
información y la disponibilidad del dantroleno, la mortalidad ha bajado
al 10 % en los países desarrollados. Algunos autores abordan el
tratamiento de los pacientes con antecedentes personales y/o familiares
de hipertermia maligna mediante el uso profiláctico del dantroleno pre,
trans y pos operatorio, independientemente del método anestésico que se
emplee, a razón de 75 mg diarios por vía oral 3 días antes de la
intervención, 25 mg como medicación preanestésica, 1,2 mg/kg endovenoso
en dosis única durante el acto quirúrgico y 0,6 mg/kg de igual forma en
el posoperatorio inmediato.
|
|
REFERENCIAS
- Hopkins PM,
Hartung E, Wappler F. Multicentre evaluation of ryanodine
contracture testing in malignant hyperthermia. The European
Malignant Hyperthermia Group. Br J Anaesth
1998; 80: 389-94.
|
La hipertermia maligna
se caracteriza por la aparición, durante una anestesia, de aumento
del metabolismo muscular con rigidez, aumento de la producción de
ácido láctico y un importante aumento del metabolismo basal, del
consumo de oxigeno, producción de dióxido de carbono e hipertermia
grave, con taquicardia, taquiarritmia y muerte.
Una vez desarrollado por
completo, el síndrome es irreversible. Puede prevenirse administrando
previamente dantroleno.
La hipertermia maligna también se
produce en seres humanos.
Miopatía
La enfermedad
Los síntomas clínicos de
la miopatía hereditaria en Labrador Retrievers incluyen
hipotonía, debilidad muscular generalizada, posturas
anormales, andar rígido, intolerancia al ejercicio y un
colapso incrementado en la exposición al frío.
El caracter de heredabilidad
La miopatía hereditaria
se transmite de forma autosomial recesiva. Esto
significa que un perro puede ser genéticamente libre
(también llamado homocigoto normal), portador
(heterocigoto) o afectado (porta dos copias del gen
defectuoso). Los portadores pueden extender el gen
afectado en la población. Es por ello que información
relativa a los animales que se encuentran libres del gen
defectuoso es la llave para controlar esta enfermedad.
El test genético que detecta la mutación y sus ventajas
El defecto genético que
da lugar a la enfermedad ha sido identificado. Mediante
un test de ADN, la mutación responsable puede ser
detectada directamente. Este método tiene una gran
precisión, y puede ser realizado a cualquier edad. No
sólo ofrece la posibilidad de distinguir entre los
perros afectados y libres, sino que además permite
identificar a los animales clínicamente sanos, pero
portadores. Esto es una información esencial en el
control de la enfermedad en las razas, ya que los
portadores pueden propagar la enfermedad en la
población, pero no pueden ser identificados mediante las
técnicas laboratoriales comunes.
EIC
Mielopatía degenerativa
A pesar de lo que pueda parecer, el Labrador
Retriever es
una de las razas más saludables, atléticas y con buena
salud; todas las enfermedades de las que vamos a hablar
se producen en muchas otras razas, pero quizá el éxito
en la cría del labrador en Gran Bretaña y EEUU, donde es
una de las razas más populares, hacen que tengamos un
mayor conocimiento de las enfermedades que pueden
padecer, lo que no significa que sean más frecuentes en
esta raza.
DISPLASIA DE
CADERA
La displasia de cadera es la enfermedad de carácter
hereditario más conocida por propietarios, criadores, y
veterinarios, y afecta a un gran número de razas de
tamaño medio y grande. Los animales afectados presentan
un desarrollo anómalo de la articulación coxofemoral,
con una inadecuada coaptación entre la cabeza del fémur
y el acetábulo, lo que causa un desgaste prematuro de
los cartílagos articulares. Este defecto en la
conformación desencadena unos cambios de tipo artrítico
causantes del cuadro sintomático de la enfermedad.
La etiología de la enfermedad es poligénica
multifactorial, hay varios genes que van a determinar la
estructura de la cadera (genotipo), pero estos genes se
expresaran en mayor o menor medida según sea la
influencia del medio ambiente (alimentación, ejercicio,
hábitat, etc.), y de la interacción de estos dos
factores (genotipo y medio ambiente), obtendremos como
resultado un tipo concreto de cadera (fenotipo).
Las primeras dificultades estriban en saber qué
porcentaje de la enfermedad se debe a causas genéticas
(para la mayoría de los autores un 70 %) y que
porcentaje a causas adquiridas. Para que un animal se
encuentre afectado es imprescindible que posea una
genética alterada en mayor o menor número de genes, y
estos genes se heredan por un complicado sistema de
codominancia y penetrancia incompleta, que impide crear
un modelo teórico fiable de la transmisión.
En el momento del nacimiento todos los cachorros
de Labrador Retriever poseen
caderas sanas, y es durante la fase de crecimiento
cuando el animal está predispuesto a padecer displasia,
porque así está escrito en su código genético, y
desarrollará la enfermedad en un grado mayor o menor
dependiendo de las condiciones ambientales. La fase más
crítica del crecimiento es desde los 3 meses hasta los
8, aunque se ha comprobado que la obesidad en cachorros
de tan solo 2 meses puede ser casi determinante para la
aparición de la enfermedad. En este corto periodo de
tiempo hay que cuidar al máximo los factores
ambientales, por ejemplo, la nutrición y el ejercicio.La
nutrición es el factor más importante. Deberán evitarse
dietas hipercalóricas e hiperproteicas que producirán
perros con sobrepeso.
El Labrador
Retriever es
una raza de crecimiento rápido, alcanzan su talla adulta
hacia el año, por tanto, los requerimientos metabólicos
durante la fase de crecimiento son muy altos, y
cualquier descompensación alimenticia, tanto en
proteínas como en energía y oligoelementos, puede ser
crucial. Estos oligoelementos, que se encuentran en
pequeñas cantidades en los alimentos, son los causantes
de una adecuada osmolaridad del líquido sinovial, que
protege y lubrifica las articulaciones evitando su
desgaste, de ahí la importancia de un adecuado aporte de
sodio, potasio, cloro, fósforo, magnesio, etc.
Respecto al ejercicio, hay una clara relación entre el
desarrollo de displasia y la cantidad de masa muscular,
cuanto mayor sea la musculatura del tercio posterior más
se estabiliza la articulación y menor será el grado de
subluxación de las caderas.
Asimismo, cabe destacar otras pequeñas variables, entre
otras el tipo de hábitat del perro; por ello, suelos
deslizantes favorecen la laxitud articular al impedir
que el perro se encuentre estable. También en los perros
criados en perreras con cierta altura, puesto que se
elevan sobre sus extremidades posteriores en su afán
investigador ante cualquier ruido, posición que
sobrecarga las articulaciones.
Lo ideal sería poder establecer un diagnostico genético
de la enfermedad, pero esta posibilidad aún no está al
alcance, por lo que hay aunar el diagnóstico radiológico
junto con otros datos importantes, por ejemplo, los
datos de la progenie.
Los síntomas de la enfermedad son muy variables, y van
desde ligeras cojeras hasta imposibilidad para caminar.
Ciertos ejemplares afectados presentan un tipo de
movimiento característico con pasos cortos que abarcan
poco movimiento, ya que las extremidades posteriores
sólo se desplazan 45 º en vez de los 110 º que recorre
el fémur respecto la cadera en un animal normal; además
se produce una descomposición de la espalda, perdiendo
la línea dorsal que se curva en un intento de estirar el
tronco para avanzar más sin utilizar las extremidades
posteriores, también puede producirse una hipertrofia de
la musculatura del pecho que se verá sobrecargado al
desplazar el perro su centro de gravedad hacia delante.
Otro tipo de movimiento característico son los saltos de
conejo, el animal se desplaza empujando con ambas
extremidades posteriores a la vez evitando realizar los
impulsos necesarios para desplazarse en las extremidades
de forma independiente.
El tratamiento de la displasia de cadera es muy
variable, pueden utilizarse multitud de fármacos
antiinflamatorios efectivos, dietas, terapéuticas
alternativas como acupuntura y quiropráctica, incluso
cirugías con magníficos resultados. Quizá el
procedimiento quirúrgico más efectivo sea la osteotomía
triple de cadera, cirugía que debe realizarse en
animales jóvenes, en torno a los ocho o diez meses de
edad, y que aún no presenten degeneraciones artrósicas
en la articulación, siendo esto último condición
indispensable para obtener buenos resultados.
DISPLASIA DE
CODO
Al igual que en el caso de la cadera, se trata de una
enfermedad con base genética en la cual se producen
anomalías durante el desarrollo del cachorro que afectan
a la articulación del codo, si bien con esta
denominación se engloban dos entidades patológicas
distintas:
-
No
unión del proceso ancóneo
-
Fragmentación de la apófisis coronoides.
Ambas patologías son lesiones primarias que se
estabilizan hacia el año de edad, dando lugar de forma
secundaria a la aparición de procesos osteoartrósicos en
la articulación del codo.
La causa genética y los factores ambientales son los
mismos que para la displasia de cadera; en consecuencia
los métodos para la erradicación y control de la
enfermedad también serán los mismos, es por ello la
necesidad del examen radiográfico de los ejemplares
destinados a la reproducción. En el caso del codo, el
número de ejemplares que padecen la enfermedad y pueden
ser asintomáticos es incluso mayor que para la cadera,
de ahí la necesidad de los exámenes complementarios.
El tratamiento dependerá de la severidad de las lesiones
y su naturaleza. El tratamiento médico incluye la
restricción del ejercicio, control del peso y terapia
con antiinflamatorios, con buenos resultados. El
tratamiento quirúrgico consiste en la extracción de los
fragmentos de cartílago o hueso desprendidos y
estabilización de la articulación para evitar el dolor.
La osteocondritis disecante de la articulación escapulo
humeral también podría estar englobada aquí, aunque la
causa genética de esta no está aclarada. En este caso se
forma un colgajo de cartílago como consecuencia del
desarrollo anormal del hueso subcondral. Este colgajo
cartilaginoso no puede nutrirse ni cicatrizar al estar
desprendido y cae dentro de la articulación, creando la
consiguiente cojera debida al proceso álgido.
Otras osteocondritis pueden producirse en la
articulación de la rodilla, afectando el condilo
femoral, e incluso en la articulación del tarso creando
los respectivos casos de artrosis.
ROTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR
No existe una base genética en esta patología pero sí
una predisposición de la raza debido a su conformación.
La articulación de la rodilla no presenta una
construcción demasiado férrea y depende de un gran
número de ligamentos y cartílagos para mantenerse
estable. Esta articulación se utiliza tanto en el salto
como en la propulsión, y dado el peso y morfología del
Labrador, las cargas biomecánicas que sufren las
rodillas pueden ser excesivas en un salto con
desplazamiento o en un giro en carrera con demasiada
inercia, en cuyo caso es el ligamento cruzado anterior
el que se rompe causando una cojera de aparición súbita.
Para su diagnóstico se realizan radiografías de la
articulación afectada y se efectúa la prueba del cajón,
en la que se ve el desplazamiento excesivo del fémur
sobre la tibia al no existir la sujeción ligamentosa. La
reparación quirúrgica es el tratamiento que da los
mejores resultados.
MIOPATÍA DE LA COLA
También denominada cola húmeda, se trata de otra
patología que aunque no es exclusiva del Labrador
Retriever, sí se da en ellos con cierta asiduidad.
Aunque sin trascendencia, ni demasiada importancia, sí
es causante de ciertos sustos entre los propietarios de
los ejemplares de esta raza. Dicha anomalía consiste en
una parálisis flácida de la cola, y llama la atención
porque si hay algo en movimiento continuo en elLabrador,
es su rabo.
Las causas pueden ser varias: sesiones de caza o
entrenamientos intensos, baños en aguas frías o baños
antes de una exposición, zonas de descanso inadecuadas
(perros confinados en cajas de transporte sin estar
acostumbrados, o durante demasiado tiempo), etc.
Se manifiesta como una falta de movilidad de la cola,
con incapacidad de ésta para superar la línea dorsal, y
existe dolor a la palpación de los músculos de la base
de la cola; el pronóstico es siempre bueno, basta con
descanso y tratamiento con antiinflamatorios en algunas
ocasiones para conseguir una total recuperación. Solo
tiene un problema: suele manifestarse el mismo día de
una exposición, justo antes de salir al ring, y por
desgracia no se resuelve en diez minutos.
TARAS OCULARES
Escribir sobre las enfermedades oculares más frecuentes
de esta raza no significa que el Labrador
Retriever tenga
más posibilidades que otras razas de quedar ciego en un
futuro próximo.
Sin embargo, algunas alteraciones oculares son más
frecuentes que otras en esta raza y deben ser observadas
por criadores, veterinarios y propietarios a la mayor
brevedad posible con el fin de separar estos animales de
cualquier programa de reproducción y evitar de esta
forma la diseminación de estas patologías. Quizás las
enfermedades oculares sean más conocidas en los
Retriever dado el gran auge en cuanto al número de
ejemplares que existe en Inglaterra y Estados Unidos,
países ambos en los que se realizan pruebas exhaustivas
a los ejemplares dedicados a la reproducción. La
importancia del diagnóstico temprano de algunas de estas
enfermedades radica en su base genética y carácter
hereditario.
Base genética:
El ejemplo más claro es la atrofia progresiva de retina,
enfermedad que se transmite de forma recesiva simple: el
genotipo RR será el de un animal sano, y el genotipo rr
será el de un animal afectado; dominando el gen R sobre
el r. El caso de los animales Rr es el de los
denominados portadores; animales sanos que son
potencialmente transmisores de la enfermedad y que solo
producirán hijos afectados si son apareados con
genotipos rr y Rr, de tal forma que solo pueden ser
identificados por pruebas de progenie; al examinar los
hijos podremos saber que los padres están afectados por
una anomalía en este gen y son transmisores de la
enfermedad. Por el contrario si apareamos un portador Rr
con un animal sano RR no obtendremos nunca animales
afectados.
Los ensayos reproductivos son la forma más eficiente de
detectar portadores, pero se necesita un gran
conocimiento de los pedigríes y hasta siete generaciones
para poder dictaminar si un animal es portador o sano;
es muy difícil realizar estos ensayos dados los altos
costos económicos y su larga duración en cuanto al
tiempo.
Otra forma de herencia es la transmisión múltiple o
poligénica casos más conocidos son el entropión y la
displasia de retina. En este modo de herencia participan
varios genes y también las condiciones externas, de modo
que el patrón de herencia se hace totalmente
irreconocible.
Diagnóstico
genético:
Este método diagnóstico va ganando adeptos durante los
últimos años. Se trata de una prueba que se realiza con
una muestra de sangre que debe ser enviada a los
laboratorios de referencia (Optigen o Vetgen), donde por
medio de marcadores genéticos se detecta la existencia o
no de alelas causantes de atrofia progresiva de retina
(APR) en el Labrador Retriever. Las ventajas de esta
prueba son un diagnóstico precoz de animales afectados
o portadores de APR; las pruebas pueden realizarse
incluso a cachorros
de Labrador Retriever de
tan solo tres meses de edad. La otra ventaja fundamental
es que las pruebas genéticas son validas de por vida.
Como desventaja caben destacar su alto coste económico,
su especificidad de lesión (esta prueba no es válida
para detectar el resto de anomalías oculares) y la
existencia de ciertos falsos positivos que pueden darse
cuando existe un alelo mutante, cuestión esta ultima que
parece va a ser mejorada con una nueva actualización de
los marcadores de la prueba.
Los análisis de ADN para cualquier prueba pueden ser de
dos tipos: específicos y de ligamiento. En los test
específicos el análisis se hace directamente sobre el
gen implicado en la enfermedad y se requiere, pues, que
haya sido identificado previamente la naturaleza
molecular de la mutación. En otros casos no es posible
realizar la prueba directa debido a que no se ha aislado
el gen causante o no se conoce, entonces se recurre a
las pruebas de ligamiento, en las que se determina el
fenotipo del animal para un segundo gen, fácilmente
identificable y que se usa como marcador, y que por
estudios genéticos previos se sabe que está localizado
en la misma región cromosoma que el gen principal (el
implicado en la enfermedad), y muy próximo a él. Cuanto
más próximos estén el gen implicado y el marcador, más
fiables serán los resultados al disminuir la posibilidad
de recombinación entre estos genes. Los test de
ligamiento son los realizados por Optigen.
Los resultados de esta prueba categorizan a los animales
en tres grupos:
-
Optigen A: animal libre de APR
-
Optigen B: animal portador del alelo defectuoso
y por tanto portador de APR
-
Optigen C: animal afectado de APR al portar dos
alelos defectuosos.
Este método diagnóstico también puede realizarse a
partir de ADN obtenido de muestras de semen congelado,
de forma tal que se puede saber si un semental ya
fallecido puede ser adecuado para utilizarlo en nuestro
programa reproductivo.
En un futuro próximo se lanzaran al mercado varios test
para diferentes enfermedades de carácter genético, entre
otros la narcolepsia.
La información aportada por las pruebas genéticas ha de
ser utilizada con precaución por los Club de Raza y
Asociaciones de criadores, si deciden iniciar un
programa de cruces para eliminar o reducir la incidencia
de una enfermedad en una determinada raza, ya que el
programa de cruces deberá tener en cuenta que se ha de
mantener la diversidad genética de la raza. Un programa
de cruces radical, como sería cruzar solamente
homocigotos normales (RR, en nuestro caso), llevaría,
muy probablemente a la perdida de características
genéticas importantes para la raza.
En el examen ocular podemos distinguir las siguientes
anomalías:
Microftalmia
Menor tamaño del globo ocular, que queda albergado al
fondo de la órbita; puede ir acompañado de conjuntivitis
mucopurulenta y lagrimeo. El carácter hereditario en la
raza no se ha podido demostrar.
Entropión
Se trata de la inversión de todo o parte del margen
palpebral, y puede afectar al párpado superior, inferior
o ambos. Esta causado por alteraciones en la tensión de
los músculos orbiculares y está influido por factores
como la conformación del cráneo, tamaño de la órbita y
pliegues faciales. Provoca dolor e irritación con
lagrimeo continuo por el roce del párpado contra la
cornea y su corrección mediante cirugía resulta fácil.
Forma de herencia por transmisión múltiple.
Ectropión
Eversión del margen del párpado inferior que deja
expuesta más superficie de la conjuntiva de lo debido,
por lo que se producen conjuntivitis frecuentes; al
igual que en el entropión, la corrección quirúrgica es
definitiva, y se trasmite de la misma forma. La mayoría
de los casos de ectropión suelen deberse a alguna
injuria o herida mal cicatrizada en el borde palpebral.
Lipidosis corneal
Depósito de lípidos en la cornea que se manifiesta en
forma de manchas de color blanquecino en la parte
frontal del ojo y que permiten el paso de parte de la
luz; generalmente se encuentran asociada a dietas ricas
en grasa.
Cataratas
hereditarias
Opacidad del cristalino que afecta al animal desde su
nacimiento y le provoca una ceguera total; se puede
manifestar desde que el perro abre los ojos hasta los
dos años de edad, se transmite por un gen dominante.
Displasia de retina
Se trata de una anomalía congénita presente en el
momento del nacimiento, en ella se produce una falta de
desarrollo del epitelio de la retina con desorganización
de las capas externas, lo cual puede provocar incluso
desprendimientos de retina. Los animales afectados se
detectan como ciegos a las 6-7 semanas de edad, éstos
presentan pupilas dilatadas que no responden a los
cambios de luz. Puede aparecer asociada a microftalmia.
Atrofia
progresiva de retina (APR):
Actualmente denominada degeneración progresiva de conos
y bastones, se trata de la afección hereditaria más
frecuente en la retina del perro. En esta enfermedad se
produce un fallo enzimático en los foto receptores de la
retina, que si afecta primero a los bastones producirá
una pérdida en la visión nocturna; en cambio, se
producirá primero la pérdida de la visión diurna al
afectar a los conos. La retina lesionada presentará
zonas de pigmentación, de modo que se clasifica como APR
central si afectan al centro de la retina y como APR
generalizada cuando las zonas pigmentadas se distribuyen
por todas partes.
La APR central es la que suele afectar al Labrador
Retriever, se transmite de forma recesiva
simple y suele manifestarse con una pérdida gradual y
lenta de visión que comienza hacia los tres años de
edad. Dado que las alteraciones de fondo de ojo no
suelen producir dolor, hay veces en que el propietario
no se percata de la enfermedad hasta bien avanzada ésta,
de ahí la importancia de los exámenes rutinarios para un
diagnóstico temprano. Las primeras manifestaciones
suelen ser una pérdida del campo visual central, de
forma que el perro observa perfectamente los movimientos
laterales, pero no los centrales; se trata de perros que
al acudir a la llamada de su amo vienen de forma
zigzagueante, para así no perderle de vista, o de
animales de caza que en el campo son capaces de seguir
un pájaro abatido hasta tierra pero luego en el suelo
son incapaces de localizarlo. En los casos de APR
central, la visión que más rápido se ve alterada es la
diurna, al haber mayor densidad de conos en el centro de
la retina y ser esta parte la afectada.
Si encontramos un animal afectado sabremos que los
padres son portadores del gen y no deben utilizarse para
la reproducción, y los hermanos tienen más de un 50% de
probabilidades de portar también el gen.
Otras alteraciones, como la displasia retiniana
multifocal, causada por una anormal diferenciación de la
retina durante el periodo embrionario, y los depósitos
pigmentarios anormales de melanina en varias partes del
ojo se encuentran todavía en estudio, de forma que aún
no han sido encuadradas como alteraciones oculares
propias de la raza.
A pesar de lo que pueda parecer, el Labrador
Retriever es
una de las razas más saludables, atléticas y con buena
salud; todas las enfermedades listadas anteriormente se
producen en muchas otras razas, pero quizá el éxito en
la cría del labrador en Gran Bretaña y EEUU, donde es
una de las razas más populares, hacen que tengamos un
mayor conocimiento de las enfermedades que pueden
padecer, lo que no significa que sean más frecuentes en
esta raza.
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TORSIÓN DE ESTÓMAGO
Todos los perros pueden verse afectados, aunque los más propensos son los perros
de gran tamaño
Los factores que lo favorecen son:
·Comida única y abundante
·Consumo demasiado rápido de la ración
·Ejercicio físico violento o estrés inmediatamente antes o después de la comida,
o por haber bebido demasiado
·Predisposición del perro a los vómitos
Los síntomas a los que hay que estar atento son:
·El perro esta inquieto, no para de moverse, se queja
·Eructa o sufre espasmos abdominales
·Intenta vomitar pero no lo consigue y solo arroja saliva espumosa en abundancia
·El abdomen se hincha y se pone tenso, duro y "timpánico"(suena como un tambor)
Ante estos síntomas hay que actuar rápidamente y llevar al perro inmediatamente
al veterinario, de lo contrario en dos o tres horas entrara en un coma
irreversible.
La torsión de estomago va precedida de una dilatación, debido a la presencia de
gases y de un lavado gástrico demasiado lento. Se produce entonces un aumento
del volumen del estomago. La compresión de la caja torácica que se produce
entonces da lugar a dificultades respiratorias y una mala oxigenación de la
sangre. La misma torsión provoca el desplazamiento del bazo y provoca la
compresión de la vena cava caudal lo cual hace que la presión arterial descienda
y que la circulación en los vasos coronarios quede perturbada.
El tratamiento de emergencia generalmente es la intervención quirúrgica.
Las precauciones que se deben tomar son:
·Fraccionar la ingesta de alimentos en dos comidas diarias mínimo, sobre todo
para los perros de gran tamaño
·Evitar cualquier ejercicio violento durante las tres horas posteriores a la
comida y en la hora anterior a la comida o bebida, el estrés y la excitación
pueden tener el mismo efecto
·Si solo se puede dar una comida por día utilizar preferentemente comidas
rehidratadas ya que el lavado gástrico es mas rápido
·Aprender a reconocer los síntomas y tener al alcance de la mano datos de un
consultorio o clínica veterinaria con servicios de urgencias las 24Hs .
HOTSPOT
También conocida como dermatitis
húmeda aguda, los hot spots o parches calientes son
usualmente una enfermedad que se da en perros de pelo largo o en aquellos con
subpelo denso.
Descripción y causa:
Frecuentemente es causada por una reacción alérgica local a un antígeno
específico (estructura molecular en la superficie de partículas como bacterias o
virus; esta estructura es reconocida por el cuerpo como extraña y estimula al
cuerpo a producir proteínas especiales llamadas anticuerpos para inactivar ese
extraño invasor). Las picaduras
de insectos, especialmente pulgas, son generalmente la
causa.Otras causas incluyen Atopía
(dermatitis por inhalación), alergia alimenticia, infecciones por sarnas,
Infecciones auditivas, poco grooming en el perro, displasia de cadera, artritis
y otras enfermedades degenerativas, como también la enfermedad de las glándulas
anales.
Los
hot spots son lesiones circulares, que puede ser en la cabeza, sobre la cadera y
en las mejillas, etc. Son húmedas, descarnadas, inflamadas, sin pelo y pueden
ser un poco dolorosas. Los perros generalmente se lamen, muerden o rascan el
área, y esto irrita la piel inflamada aún más. En efecto, los hot spots a veces
son llamados dermatitis piotraumática porque la herida hecha por el perro mismo
es un factor importantísimo en el desarrollo de los mismos hot spots. Pueden
cambiar mucho de tamaño en un período muy corto de tiempo. No es frecuente que
aparezcan cuando hay bajas temperaturas pero puede suceder. Les pasa tanto a los
perros que viven dentro como fuera de las casas. Muchos perros desarrollan
varias de estas lesiones a lo largo de sus vidas. Aunque esta no es una
enfermedad de larga duración ya que la lesión puede aparecer repentinamente, y
siendo tratada suele irse en menos de una semana, pero puede aparecer otro hot spot en el mismo
verano, al año siguiente, o nunca más volver.
Tratamiento
El
tratamiento debe ser dirigido para detener el crecimiento del hot spot y
eliminar su causa. En muchos perros la causa inicial son las pulgas, pero las
lesiones bajo la oreja a menudo indican una infección auditiva, los que están
cerca de la cadera puden ser el resultado de la infección de la glándula anal.
Cualquiera sea la causa, ésta debe tratarse junto con el hot spot.
Lo
primero:
-
Recortar el pelo alrededor del área lesionada y limpiar con un antiséptico; en
algunos casos es necesario sedar al animal.
- Posteriormente se realizan varias aplicaciones al día con una solución
astringente y antiséptica, siendo en otros casos preferible el uso de una crema
que combine un antibiótico y un corticoide.
- Tratar la causa primaria y prevenirla posteriormente. En algunos casos es
necesario controlar al inicio el prurito, administrando corticoides durante unos
5 días.
Prevención
Muchos perros que han repetido problemas de hot spots pueden reducir la
incidencia si se les mantiene el pelo corto durante el verano, dándoles baños
para un control de pulgas. Cuando se bañe al perro, es muy importante el
correcto aclarado y secado del pelo.
GOLPE DE CALOR
Se
llama golpe de calor a una insuficiencia por parte del perro para eliminar todo
el calor generado en su cuerpo. Los perros sólo poseen glándulas sudoríparas en
las almohadillas plantares, careciendo de ellas en el resto de la piel. Por
tanto, para refrigerar su cuerpo los perros utilizan como principal sistema el
jadeo, un tipo de respiración rápida y superficial que tiene por objeto, al
permitir la evaporación de la saliva, disminuir su temperatura corporal. Cuando
este mecanismo falla o no es suficiente para eliminar todo el calor generado por
el continuo trabajo del perro, es cuando estamos ante el riesgo de que nuestro
perro sufra un golpe de calor. La temperatura corporal sube rápidamente,
comprometiendo la vida del animal, es una urgencia de carácter muy grave y que
requiere atención veterinaria inmediata.
Los síntomas son fáciles de reconocer: alta temperatura corporal, jadeo
constante y muy rápido, debilidad, deshidratación y en estados avanzados pérdida
de consciencia y shock o colapso. Hay un aumento de la frecuencia cardiaca y si
no se ponen los medios adecuados el perro puede morir rápidamente por fallo
cardíaco.
Nunca se debe dejar al perro dentro de un coche totalmente cerrado, no importa
que sea verano o invierno. Se debe permitir la entrada de aire para evitar una
rápida subida de la temperatura.
Son dos las causas típicas que provocan los golpes de calor: perros dejados
dentro de los coches o remolques expuestos a altas temperaturas .Nunca se debe
dejar al perro dentro de un coche totalmente cerrado, no importa que sea verano
o invierno. Se debe permitir la entrada de aire para evitar una rápida subida de
la temperatura.
Además hay una serie de factores que predisponen este proceso: exceso de peso,
falta de entrenamiento, deshidratación y predisposición de algunas razas.
Animales con exceso de peso y faltos de entrenamiento, generalmente
características ligadas, son mucho mas propensos a sufrir este problema, por dos
motivos, el exceso de grasa no favorece la refrigeración por conducción y al
estar poco entrenados las reacciones metabólicas del músculo para generar el
movimiento son poco eficaces. Esta falta de eficacia provoca que para realizar
el mismo trabajo, un perro desentrenado libere una mayor cantidad de calor que
el mismo perro en óptimo estado de forma.
Otro factor desencadenante del golpe de calor es la deshidratación. Ya se ha
indicado que la saliva, cuyo componente básico es el agua, es indispensable para
mantener el mecanismo del jadeo. Fijaos cuando vuestro perro jadea la gran
cantidad de saliva que pierde. Se debe dar de beber al perro con mucha
frecuencia .
También hay otro factor a destacar que es la predisposición racial. Las razas de
pelo largo están peor dotadas para soportar las altas temperaturas, porque
aunque es cierto que la gran parte del calor se disipa mediante el jadeo,
también hay otro modo de perder calor que es por conducción o contacto entre la
piel y el aire, aunque es mucho menos importante. En este caso por el carácter
de aislante del pelo tienen mayores problemas para refrigerarse a través de la
piel, pero es el peaje que tienen que pagar para a su vez estar mejor protegidos
contra el frío en invierno.
Si creemos que nuestro perro presenta los síntomas anteriormente descritos
deberemos actuar con la máxima urgencia. Intentad contactar con vuestro
veterinario habitual con la mayor rapidez, pero mientras trasladáis al perro
deberéis mojarlo con agua fresca pero no demasiado fría, con el fin de reducir
su temperatura corporal paulatinamente. Especial importancia tiene mojar la zona
de la cabeza ya que en el cerebro reside uno de los centros de control de la
temperatura corporal. Si la temperatura descendiese demasiado rápido habría
riesgo de muerte por fallo cardíaco. Por supuesto retirarlo de la zona de sol y
dejarlo en una zona de sombra. Ya en la clínica veterinaria posiblemente haya
que suministrar fluidos vía intravenosa y medicación con función de regulación
cardiocirculatoria a la vez que se controla la temperatura.
El mejor modo de prevenir el golpe de calor es mantener en buen estado de forma
a nuestros perros.
CARDIOPATÍA DILATADA
Es una enfermedad del músculo cardiaco que se caracteriza por pérdida de su
función contráctil y por una progresiva dilatación ventricular, en ausencia de
enfermedades cardíacas vasculares y valvulares. La enfermedad se describió por
primera vez en el perro en 1970 y desde entonces su incidencia ha ido en
aumento.
¿Cuáles son las causa de esta enfermedad?
La mayoría de los casos son primarios o idiopáticos, es decir de origen
desconocido, en otros casos se conoce la causa (cardiomiopatía dilatada
secundaria): infecciones, trauma, isquemia, neoplasia, toxicosis, enfermedades
metabólicas, inflamación.
El hecho de que la mayoría de los perros afectados son de raza pura sugiere un
componente hereditario.
¿A quien afecta?
Perros de raza "gigante" como Gran Danés, San Bernardo, Mastín, Irish
Woulfhounds, otros como Boxer, Doberman, Pinschers, Bobtail. También afecta a
razas pequeñas como Cockers Spaniels, Bulldog, Schnauzer miniatura y otras.
La prevalencia de la cardiomiopatia dilatada es cuatro veces más alta en machos
que en hembras y el promedio de edad para ambos sexos es de 2-5 años, pudiendo
afectar a cualquier edad.
¿Cómo se diagnostica?
La mayoría de los signos clínicos aparecen cuando la enfermedad ya está
avanzada, destacando: letárgia (descaimiento), intolerancia al ejercicio,
debilidad, alteraciones respiratorias, desgaste muscular, ascitis (acúmulo de
líquido en el abdomen) y perdida de peso.
En la primera fase de la enfermedad no se presentan signos clínicos, por lo que
sólo se podra diagnosticar:
·Si se quiere descartar la enfermedad por la predisposición de raza.
·En un chequeo anual rutinario o durante la investigación de otro problema.
Entre las técnicas diagnósticas más empleadas, se encuentran las siguientes:
Auscultación: se escuchan alteraciones del ritmo cardiaco, taquipnea
(respiración acelerada), sonidos cardíacos y pulmonares lejanos por la presencia
de derrame pleural (acúmulo de líquido en el tórax) y taquicardias.
Radiografías torácicas: En los hallazgos radiológicos influyen la fase de
desarrollo de la enfermedad, la conformación torácica y el grado de hidratación.
Los más comunes son: Corazón globoso o cardiomegalia generalizada ( puede ser
tan severa que sugiere derrame pericardio), aumento del ventrículo y atrio
izquierdo, evidencia de congestión venosa pulmonar y aumento de las densidades
intersticiales y alveolares especialmente en las regiones dorsocaudales e hiliar
sugiriendo edema pulmonar. Derrame pleural, distensión de la vena cava caudal,
hepatomegalia, asciti normalmente acompañan fallos de corazón derecho.
Electrocardiama: El electrocardiograma normalmente, pero no siempre, revela
anormalidades las cuales pueden incluir signos de cardiomegalia o enfermedades
miocardicas, taquicardia sinusal persistente, complejos prematuros atriales y
ventriculares, flutter o fribrilación atrial, taquicardia ventricular.
Ecocardiografía: Actualmente es la "herramienta clínica de oro" para
diagnosticar la cardiomiopatía dilatada ya que nos permite la valoración de las
dimensiones de las cámaras cardíacas, función miocárdica, así como diferenciar
la presencia de derrame pericárdico o insuficiencias valvulares crónicas.
Loa hallazgos ecográficos son la dilatación atrial y ventricular con disminución
de la función sistólica miocárdica.
Alteraciones asociadas o secundarias
La analítica sanguínea y los análisis de orina son frecuentemente normales o
inespecíficos. No obstante, en ocasiones puede hallarse presencia de nitrógeno
en sangre (azotemia) a consecuencia de la disminución de la perfusión renal, así
como un discreto aumento de las encimas hepáticas resultado de la congestión
pasiva hepática.
En los casos de un fallo generalizado se producirán alteraciones electrolíticas
como la hiponatremia con o sin hiperkalemia. Entre las enfermedades asociadas
más frecuentes a la cardiomiopatía dilatada se encuentra el hipotiroidísmo con
hipercolesterolemia.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento será distinto según la fase de desarrollo de la enfermedad cuando
sea detectada. Consiste en:
1º Tratar la insuficiencia cardíaca congestiva.
2º Identificar y controlar las arritmias cardíacas.
3º Tratar alteraciones asociadas o secundarias, si se conocen.
El tratamiento estándar se basa en el uso de inotrópicos positivos para aumentar
la contráctibilidad del miocardio, diuréticos para reducir congestión y volumen
sanguíneo, vasodilatadores favorecen el gasto cardíaco y reducen la congestión
venosa, fármacos antiarrítmicos, restricción de sodio en la dieta para minimizar
la retención de agua y disminución del ejercicio.
Pronóstico
Dependerá de la fase en la que sea diagnosticada siendo frecuentemente
reservado. La esperanza de vida con tratamiento puede variar de los 6 meses
hasta los 2 años.
PATOLOGIAS OCULARES
Los ojos son los órganos encargados de la visión. Tienen una estructura bastante
compleja y se pueden ver afectados por un gran número de patologías. Cada
estructura ocular alterada tendrá sus consecuencias y sus lesiones, pero las
manifestaciones clínicas que presentará vuestro perro, independientemente de la
zona del ojo afectada serán en la mayoría de las ocasiones muy parecidas.
Síntomas como conjuntivitis, epífora, secreción ocular, fotofobia, picor, dolor,
lagrimeo, irritación corneal, y otras, serán comunes a muchas afecciones
oculares. En el presente artículo me voy a centrar en aquellas que afectan a los
párpados y que tendrán como consecuencia la presentación de muchos de los
síntomas anteriormente citados y de algunos otros que iréis conociendo a lo
largo de mi exposición.
Los párpados son pliegues situados delante del globo ocular, que se continúan
con la piel de la cara. Tienen múltiples funciones, pero fundamentalmente
protegen al ojo, secretando parte de la película precorneal y distribuyen e
impulsan la lágrima al sistema de drenaje lagrimal. En el párpado superior
aparecen unos cilios llamados pestañas que no existen en el párpado inferior.
Dentro de las patologías que afectan a esta parte del ojo las hay hereditarias,
congénitas, inflamatorias, neoplasicas y traumaticas.
-Anquiloblefarón: Es
la adhesión de los márgenes parpebrales superior e inferior. En condiciones
fisiológicas la apertura parpebral se establece entre los 10 y 15 días de vida.
El retraso de esta apertura tiene importancia, sobre todo, ante la presencia de
infecciones subpalpebrales, lo que se conoce con el nombre de “ophalmia
neonatorum”. Los párpados se verán hinchados y eritematosos, y puede aparecer,
por alguna pequeña apertura parpebral, un exudado purulento. Es necesario
proceder a la apertura de la fisura palpebral para evitar que se produzcan
complicaciones conjuntivales y corneales que pueden provocar perforación
corneal. Normalmente una suave tracción sobre los márgenes de los párpados será
suficiente para solucionar el anquiloblefarón, previa aplicación en la zona de
compresas templadas. Si no fuera así, deben utilizarse unas tijeras teniendo
cuidado en no dañar los márgenes palpebrales. Posteriormente es importante
proceder a la irrigación de la superficie ocular con el fin de eliminar todos
los exudados acumulados y a un examen profundo del ojo con objeto de determinar
el alcance de las lesiones. Debe aplicarse un tratamiento antibiótico tópico,
preferiblemente basado en los resultados de un antibiograma, aunque la mayor
parte de las soluciones y pomadas antibióticas de amplio espectro son efectivas.
Como consecuencias graves de esta patología os diré que se puede presentar
rotura del globo ocular y ulceración corneal.
-Entropión: Es
la inversión o enrollamiento hacia el interior del ojo de parte o de la
totalidad de uno o de los dos párpados. Su origen puede ser congénito o
adquirido. El adquirido se puede presentar como consecuencia de un dolor ocular
(espástico), o como consecuencia de un traumatismo o una inflamación crónica
(cicatricial). Existen varias razas predispuestas como el cocker, bullmastiff,
chow chow, bulldog inglés, gran danes, labrador, caniches, rottweiler, shar-pei
y San Bernardo. En algunas razas braquicéfalicas es frecuente encontrar un
entropión medial, que además de irritación ocular, provoca oclusión del punto
lagrimal inferior, que agrava la epífora. En otras razas puede aparecer un
entropión-ectropión.
Los signos clínicos varían desde ausentes hasta graves en función del grado y
tipo de entropión.
En general, el entropión origina un problema irritativo que provoca epífora,
quemosis, hiperemia conjuntival, presencia de exudados conjuntivales e, incluso
ulceración corneal. El dolor puede provocar un espasmo de los músculos
palpebrales que acentuará más el entropión. Como dato importante os diré que
muchos perros mayores presentan entropión debido a la pérdida de elasticidad de
la piel, lo que unido a la pérdida de grasa subcutánea, provoca un deslizamiento
de la piel y párpado superior hacia abajo.
El tratamiento en muchos de los casos será quirurgico, consistente en corregir
el defecto parpebral, que no debe realizarse antes de los 6 meses, ya que hasta
estas edades no se alcanza una relación párpado-órbita estable. Si el problema
es lo suficientemente grave para no poder esperar este tiempo, existen
soluciones temporales hasta que se pueda hacer la intervención que solucione el
problema definitivamente.
-Ectropión: Es
el enrollamiento hacia el exterior de parte o de la totalidad de uno o de los
dos párpados, aunque es más frecuente en el párpado inferior. Su origen en
ocasiones es congénito y otras veces adquirido. Las razas predispuestas a sufrir
este trastorno, son el cocker, basset, gran danés, y San Bernardo. El ectropión
adquirido se presentara como consecuencia de daños previos, cirugías del
parpado, disminución del tono del músculo orbicular (senil), fatiga de los
músculos faciales después del ejercicio en perros de caza, o por parálisis de
algún nervio craneal. Normalmente no produce grandes problemas, salvo en los
casos en que el defecto anatómico sea muy grande. Los animales afectados
presentan una mayor superficie conjuntival expuesta al medio externo. En otros
casos podrá exacerbar otras enfermedades como el “ojo seco”, ya que el ectropión
puede dificultar la distribución de la película lagrimal. Aparecerá epífora,
conjuntivitis y queratitis en casos graves, siendo necesaria la corrección
quirúrgica. Os debo decir, que aunque a veces pase inadvertido, ésta en la causa
de muchas de las irritaciones y conjuntivitis de vuestros perros.
-Distiquiasis: Son
pestañas que aparecen en la glándula de Meibomio y salen por la apertura normal
de la misma al margen de/del los párpados. Estos pelos mal orientados pueden
causar irritación corneal y úlceras en la cornea, aunque frecuentemente, en
especial en el cocker americano es asintomático. Los síntomas, si es que
aparecen, serán epífora, blefaroespasmo, conjuntivitis, acumulación de mucosidad
y probable queratitis. Es una enfermedad congénita y que aparece con relativa
frecuencia en cocker americano, boxer, golden retriever, teckel miniatura de
pelo largo, caniches, pequinés, yorkshire, terrier de Bedlington y San Bernardo.
La distiquiasis debe tratarse sólo si existen manifestaciones clínicas de
irritación ocular. Los métodos terapéuticos que pueden utilizarse son la
depilación manual, electrodepilación, criodepilación, e incluso excisión en cuña
de las glándulas tarsales con el fin de extirpar totalmente los folículos
presentes en su interior. En la mayoría de los casos la complicación más
frecuente es la recurrencia.
-Triquiasis: Es
cuando el pelo normal de los párpados o de la cara entra en contacto con la
cornea o la conjuntiva por una desviación en su crecimiento. Podemos decir que
se presentara de forma primaria en las razas braquicéfalicas con entropión o
pliegues nasales muy marcados y de forma secundaria como consecuencia de
entropión, agenesia de los párpados o formación de una herida previa y posterior
cicatrización. En cuanto a los síntomas podrá presentarse epífora, conjuntivitis
y dermatitis húmeda crónica de los pliegues nasales. El tratamiento será médico
o quirúrgico en función de la gravedad del proceso. Este último consistirá en la
escisión del pliegue nasal, que causa el problema.
-Pestañas ectópicas: Los
pelos crecen desde la glándula de Meibomio pero salen a través de la conjuntiva
parpebral. Normalmente son únicos y se localizan especialmente en la parte media
del párpado superior a unos 2-6 mm del margen parpebral. Se presenta en animales
jóvenes y dará lugar a dolor ocular, blefaroespasmo, epífora, hiperemia
conjuntival y ulceración cornel. El tratamiento debe ser quirúrgico extirpando
en bloque el área donde se localiza el folículo que da origen al pelo o cilio
causante del problema.
-Blefaritis: Es la
inflamación de los párpados. Se puede deber a la inflamación de las glándulas de
Meibomio (chalazión u orzuelo interno) o de las glándulas de Zeis y Moll
(chalazión u orzuelo externo). Puede ser un proceso primario o ser la
manifestación de numerosas enfermedades bacterianas, viricas, parasitarias,
alérgicas, fúngicas, dérmicas o inmunológicas. Aparecerá secreción mucosa,
eritema, picor, pérdida de pelo, cambios de pigmentación, nódulos, pústulas,
pápulas, y posteriormente escamas, erosiones, úlceras y costras. Dado el
carácter de esta enfermedad serán necesarias numerosas pruebas para llegar a un
acertado diagnóstico (raspados, citologias, lámpara de Wood, biopsia, pruebas
alérgicas, cultivos, pruebas hematológicas, bioquímicas y serológicas). El
tratamiento evidentemente estará en función de la causa que lo provoque. Sin
embargo el tratamiento sintomático hasta tener el diagnóstico definitivo reduce
la sintomatología clínica y hace que el perro esté menos molesto.
-Tumores: La
mayoría de los tumores de los párpados son benignos y los más frecuentes son los
adenomas de glándulas sebáceas (adenoma de la glándula de Meibomio). Estos
tumores son localmente invasivos y originan problemas irritativos, como hipermia
conjuntival, exudados conjuntivales e incluso queratitis en la zona de contacto
con la córnea, si su crecimiento se dirige hacia el interior del ojo. Es una de
las patologías más frecuentes en perros viejos. Otros tumores son los melanomas,
papilomas, histiocitomas, carcinomas etc
La escisión quirúrgica o la criocirugía es el tratamiento de elección, aunque a
veces, su tamaño obliga a una reconstrucción estética del párpado afectado.
La higiene ocular es sumamente importante para mantener estos órganos en
perfecto estado. No es extraño ver a nuestros perros con los ojos irritados,
legañosos, o con presencia de acúmulos de exudados o de lágrimas, que una vez
desecados, pueden provocar dermatitis irritativas. Es de suma importancia,
proceder a su limpieza a diario, con productos indicados para tal fin. Especial
mención merece el cuidado de los ojos de las razas de pelo largo, mucho más
expuestas a irritación debido a los pelos que rodean estas estructuras y de
aquellas que presentan abundantes pliegues cutáneos en la cabeza.. Existen en el
mercado numerosos y excelentes productos para tal fin, además del más que
conocido suero fisiológico. Es importante que acostumbréis a vuestro perro a
este tipo de higiene desde muy temprana edad. Unos ojos bien cuidados, os
permitirán daros cuenta con rapidez de que algo no va bien cuando estén
enfermos.
LEISHMANIOSIS
El profesor Robert Killick-kendrick del Departamento de Biología de la Facultad
de Ascot (Reino Unido) nos da las respuestas a las preguntas de los propietarios
de los perros sobre la leishmaniosis canina.
¿Qué es la leishmaniosis canina?
Se trata de una enfermedad grave, incluso mortal en perros. La enfermedad se
transmite de perro a perro mediante la picadura de un mosquito denominado
Leishmania infantum.
¿Dónde se encuentra la leishmaniosis canina?
Entre otros lugares geográficos, aparece principalmente en muchos países de
América Latina y el todos los países de la región mediterránea, incluyendo:
Portugal, España, Francia, Italia, Malta, Grecia, Turquía, Israel, Egipto,
Libia, Túnez, Argelia y Marruecos.
¿Cuáles son los síntomas clínicos más comunes?
El primer síntoma clínico más habitual es la pérdida de pelo, sobre todo
alrededor de los ojos y la nariz. Según la enfermedad va avanzando, el perro
pierde peso aunque no pierde el apetito. Son habituales las heridas en la piel,
espacialmente en la cabeza y las patas en las áreas donde el perro está en
contacto con el suelo al tumbarse o sentarse. En las fases terminales de la
enfermedad, hay una hipertrofia de las uñas que aparecen retorcidas.
¿Qué debo hacer si pienso que mi perro tiene la enfermedad?
Llévelo a su veterinario quien realizará una prueba analítica mediante una
muestra de sangre de su perro. Dependiendo de su estado, también tomará una
muestra de la médula ósea o del tejido de una glándula linfática inflamada para
examinarla al microscopio y detectar los parásitos.
¿Pueden tratar a mi perro?
Sí, aunque el tratamiento no impedirá que su perro tenga una recaída posterior.
Los fármacos utilizados son compuestos antimoniales. Se aplican mediante
inyección y el tratamiento puede durar durante varias semanas. También es útil
el alopurinol por vía oral.
¿Cuál es el período de incubación de la enfermedad?
El período de incubación puede durar variar entre 3 meses y 18 meses. De forma
excepcional, la enfermedad puede permanecer en latencia durante varios años.
Algunos perros son resistentes y, aunque reciban picaduras de los flebotonos,
nunca mostrarán síntomas de la enfermedad siempre y cuando estén correctamente
alimentados y no estén sometidos a estrés. Esta resistencia, está determinada
genéticamente.
¿Cuál es el ciclo de vida del parásito?
En el perro, el parásito vive en un tipo especial de leucocitos (macrofagos) de
la sangre, piel y órganos internos. Es un pequeño organismo redondeado que se
multiplica dividiéndose por la mitad. Cuando un mosquito pica a un perro
infectado, toma parásitos de la piel. Dentro del estómago del mosquito, las
células infectadas se rompen y los parásitos, que se liberan, cambian su forma y
se vuelven alargados. Estas formas alargadas flotan en el contenido estomacal y
se adhieren a la pared intestinal.
Se reproducen mediante la división en dos partes y, en pocos días, el estómago
del mosquito está cubierto de parásitos. Después de que la hembra pone los
huevos busca otro alimento sanguíneo. Cuando la hembra pica por segunda vez, los
parásitos se depositan en la piel del perro. Aparece una minúscula lesión
dérmica (denominada chancro) en el punto de picadura, habitualmente en la nariz
o la oreja. Ahí, el parásito coloniza los macrófagos y sufre un cambio
morfológico a su forma original redondeada. A medida que el chancro desaparece
lentamente, los parásitos se dispersan en los órganos internos.
¿Puedo contraer la enfermedad si recibo la picadura de un mosquito infestado?
Sí, pero verdaderamente el riesgo es mínimo y la enfermedad en humanos re trata
y se cura fácilmente. La incidencia de casos es muy baja en la población de la
zona mediterránea, excepto en los enfermos de SIDA que tienen el sistema
inmunológico debilitado.
¿Cómo puedo reconocer a un mosquito flebotomo y cuál es su hábitat?
Los flebotomos son de tamaño pequeño, con pilosidades y dos alas (2,5 - 3 mm de
largo)que, a diferencia de las demás especies de mosquitos, no emiten un ruido
de zumbido. El color va desde el pajizo claro al marrón oscuro. Cuando se
disponen a picar, saltan con las alas erguidas sobre el cuerpo del animal.
También pican a los humanos de la misma forma. Algunas personas sensibilizadas a
las picaduras presentan una reacción fuerte de prurito.
Los mosquitos no pueden verse durante el día porque permanecen el las grietas y
hendiduras. Los mosquitos que transmiten la leishmaniosis canina no viven en las
playas pero son más abundantes en áreas rurales o lugares con árboles en las
ciudades, como jardines y parques. Las larvas eclosionan de los huevos una
semana después de la puesta. Hay cuatro estadios larvarios antes de que la pupa
o crisálida se forme. Los adultos maduran 10 días después. El ciclo completo
desde huevo a adulto dura aproximadamente 2 meses. En el área mediterránea, la
temporada de mosquito comienza en mayo y finaliza en septiembre u octubre si se
prolonga el verano. Los mosquitos permanecen durante el invierno en estado de
larvas cuaternarias.
Ambos sexos se alimentan de azúcares de la savia de las plantas o del néctar de
los áfidos, pero solamente las hembras se alimentan de sangre. Una semana
después de alimentarse de sangre, las hembras ponen aproximadamente 100 huevos
en el suelo húmedo rico en materia orgánica.
El ciclo de actividad de los mosquitos comienza al atardecer y continua hasta el
amanecer. Los mosquitos del área mediterránea prefieren las noches cálidas (no
menos de 16ºC) y, debido a su tamaño pequeño, no pueden volar con vientos
fuertes (más de 1 m/segundo). Sin embargo, pueden viajar a largas distancias
(hasta 2 Km).
Mayoritariamente, pican más en el exterior, aunque también se ven frecuentemente
en el interior de las casas. Buscan el alimento de sangre gracias al olor del
animal que les llega a través de las corrientes de aire. Entonces vuelan en
contra de dichas corrientes para asentarse y picar.
Autorizada su publicación por
Laboratorios Internet S.A
LAS
PROCESIONARIAS
La procesionaria que más abunda en España es la "Thaumatopea Pytpcampa",
Procesionaria del pino
Son conocidas como procesionarias por su forma de trasladarse, yendo en hilera o
procesión y también por sus nidos en forma de bolsas blancas que observamos en
las ramas de los pinos.
Ciclo Biológico:
Durante el verano, la mariposa de la Thaumatopea, pone los huevos sobre las
agujas del pino, y aproximadamente al mes, salen las larvas que empiezan a
alimentarse y a construir sus nidos. Durante su vida sufren cinco mudas.
Al llegar el invierno construyen el verdadero nido. Suelen estar en las ramas
más altas de los pinos y en dichos nidos pueden haber hasta 300 orugas, pudiendo
resistir temperaturas de hasta -12ºC. Cuando el clima es benigno y se alcanzan
temperaturas superiores a 10ºC, las orugas empiezan a salir del nido y bajan a
través del tronco haciéndolo a su típica manera: en hilera.
Si las temperaturas aumentan, son capaces de enterrarse bajo tierra y pueden
permanecer así si las condiciones no son favorables, durante años. En julio y
agosto, suelen nacer las mariposas que son nocturnas y que apenas viven 24
horas, empezando a aparearse rápidamente para así volver a comenzar el ciclo.
Contagio:
El contagio sobre el perro puede ser directo al llamar su atención la hilera en
movimiento y chupar o tocar dicha hilera o bien el contagio puede ser a través
de un nido que se haya caído, ya que en el exterior existen pelos urticantes de
las mismas orugas.
El tóxico que produce la reacción es una haloproteina llamada "thaumatopeina";
esta sustancia sobre la piel intacta no actúa, necesitándose que el pelo
urticariforme se clave primero en la piel, ya que dicho pelo actúa como arpón
que contiene una pequeña ampolla de tóxico y al clavarse en la piel se libera
produciendo la reacción histamiboliberadora.
El perro suele res el más afectado ya que el gato es más cauto.
Sintomatología:
Los síntomas más característicos son una inflamación edematosa de labios,
cavidad bucal y cabeza en general.
El animal empieza con una gran excitación, dolor e intenta rascarse, babeando
exageradamente. Si el contagio ha sido con la lengua, en la zona que ha estado
en contacto con las orugas se produce una necrosis, con un aspecto verdoso al
principio, saliveo abundante y luego va adquiriendo un tono negruzco hasta que
al final se cae el
trozo de lengua.
Durante este periodo que, dura aproximadamente 15 días el animal no puede
alimentarse, teniendo que ponerle incluso suero intravenoso o alimentos líquidos
o semilíquidos, y en casos mediante sondaje.
El mayor peligro existe si el contacto ha sido a nivel de laringe, por
producirse una reacción inflamatoria que puede llegar a asfixiar al animal,
teniendo que realizar rápidamente una traqueotomía. Puede haber choques
anafilácticos por contagios sucesivos con temblores musculares y muerte del
animal.
Tratamiento:
Nada más darnos cuenta de la intoxicación, se lavará la zona con agua templada y
jabón, ya que el color destruye la thaumatopina. Aplicaremos pomadas o
soluciones con corticoides y antihistamínicos localmente y por inyección.
En algunos casos, una vez instaurado la necrosis de la piel, la laserterapia nos
ha conseguido salvar zonas de lengua y no caerse las zonas afectadas.
Prevención:
En primavera, evitar que los perros paseen en pinares en los que se observen
nidos o hileras de procesionarias. Si en nuestro domicilio existen nidos, podar
dichas ramas y quemar los nidos para evitar la eclosión de las larvas. Aunque
las orugas tienen enemigos naturales en los virus, bacterias, coleópteros del
genero Calosoma, pájaros como el cucut, la suma de todos ellos no suele provocar
una mortalidad superior al 60%. Como medios artificiales se han utilizado:
inyecciones de petróleo en nidos, insecticidas biológicos y químicos, feronomas
que atraen a los machos hasta una trampa, insecticidas sobre el tronco de los
árboles para evitar la bajada de las orugas.

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